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© DesconocidoUn relámpago cae en una casa de Tui, ocupada por tres personas, revienta las paredes y provoca un incendio con intenso humo.
Una intensa tormenta eléctrica azotó a Galicia la pasada madrugada. Más 500 rayos cayeron al suelo en pocas horas. Y uno lo hizo en una vivienda de Tui. Fundió el cableado, reventó dos paredes y provocó un incendio con abundante humo que en un primer momento dejó aturdidos a sus ocupantes, un matrimonio mayor y su hija, pero al final resultaron ilesos.

El temporal tocó todos los palos a su paso por Galicia. Rachas de vientos huracanados, tormentas de granizo, trombas de agua, fortísimo oleaje y hasta una intensa actividad eléctrica que provocó, en pocas horas, la caída a tierra de centenares de relámpagos. No fue una cifra de récord, pero si lo suficientemente alta para llamar la atención por su intensidad.

La tormenta eléctrica entró en la comunidad gallega por el noroeste y fue desplazándose en diagonal hasta Andalucía, atravesando prácticamente todo Portugal. Uno de ellos cayó en una vivienda de Tui y lo que podía acabar en tragedia, no pasó de mero susto, aunque, eso sí, de los grandes y con evidentes destrozos en el interior de la casa.

Eran sobre las tres de la madrugada cuando un relámpago entró el vivienda por el contador de la luz. Además de fundir la instalación eléctrica, el rayo originó grandes boquetes en dos paredes interiores de la casa situada en el barrio de San Simón de la parroquia de Ribadelouro (Tui), donde dormían el matrimonio formado por Alberto Míguez Fernández, de 80 años, y Nelines González Lorenzo, de 77, además de su hija Mari Nieves, de 47 años y sordomuda.

El relámpago recorrió toda la vivienda y al fundir el cableado provocó un incendio local que inundó todas las habitaciones con un intenso humo. Entre el estruendo del rayo, el humo, los cascotes de las paredes reventadas y al estar a oscuras, la familia quedó desorientada. No resultaba fácil espabilarse y descubrir qué estaba pasando.

Nelines González fue quien consiguió salir de la vivienda en primer lugar y solicitar auxilio a los vecinos. "¡Fuego, fuego!", gritaba ya en el exterior.

Su nieto José Antonio Prada vive enfrente y fue en su ayuda. Después de asegurarse que las dos mujeres estuviesen seguras en su casa, entró en la vivienda afectada por el rayo para rescatar a su abuelo, al que encontró rodeado de humo, sentado en la cama, aturdido y en estado de shock, según relata el propio joven.

Además de las dos paredes media destrozadas y la instalación eléctrica, el rayo reventó también parte de las baldosas del suelo, llenó de cascotes toda la planta y quemó la paja que se guardaba bajo un cubierto, ya en el exterior de la casa.

"Escuchamos una gran explosión y pensé que se nos caía la casa", contaba horas después el propio Alberto Míguez. "No nos pasó nada, pero nos ardía la garganta", añadía.
De hecho, el matrimonio fue atendido en el centro de salud de Tui por síntomas de intoxicación a causa del humo y por un cuadro de ansiedad. Ambos fueron trasladados por una ambulancia del 061, que acudieron al lugar del siniestro los Bombeiros de O Porriño y la Policía Local.

Los vecinos, que también salieron en su auxilio, recuerdan que hace 8 años un rayo cayó en el interior de otra casa, a un kilómetro del lugar, matando a varios animales. Pero en este caso, los daños fueron solamente materiales.

Galicia sufrió una intensa actividad eléctrica durante la madrugada de ayer y gran parte del día. Según la red de detección de MeteoGalicia, cayeron sobre la comunidad 551 rayos, "una cifra bastante importante" y poco habitual.

Los más de 500 rayos caídos ayer sobre la comunidad, sin embargo, no es algo "excepcional" y aunque los datos históricos que maneja MeteoGalicia se remontan a hace apenas un año (que fue cuando empezó a tener registros sobre este fenómeno) el meteorólogo Juan Taboada asegura que desde entonces le constan al menos dos episodios que superaron estos valores. El 25 de junio de 2010, concretamente, se registraron más de 2.000 rayos en toda la comunidad y apenas dos semanas después MeteoGalicia detectó 7.113 en 24 horas, una cifra que el propio Taboada califica de "exagerada" y "excepcional".