Libia
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Los movimientos sociales de Egipto demostraron su capacidad de movilización y han tenido una lucha exitosa que terminó con los 30 años en el poder de Hosni Mubarak.

Así lo sostuvo el sociólogo estadounidense James Petras, en su artículo Egipto: los movimientos sociales, la CIA y el Mossad, publicado este domingo en el portal www.rebelion.org.

Para el intelectual, los "movimientos de masas que obligaron a la retirada de Mubarak revelan a la vez la fortaleza y las debilidades de los levantamientos espontáneos".

Petras dijo que estas organizaciones demostraron tener capacidad para movilizar a cientos de miles de personas "de una manera que los partidos de oposición y las personalidades preexistentes no pudieron o no quisieron hacer".

En tanto, el sociólogo alertó que por falta de un liderazgo político nacional, los movimientos sociales "no fueron capaces de tomar el poder político y hacer realidad sus demandas".

Esto permitió que los altos mandos militares que respondían al ex presidente tomaran el poder, garantizando la subordinación de Egipto a Estados Unidos, además de sostener "la protección de la riqueza ilícita del clan Mubarak", calculada en 70 millones de dólares.

Con la asunción de la junta castrense al poder egipcio también se logró "el mantenimiento de las numerosas empresas en propiedad de la élite militar y la protección de las clases altas".


Según Petras, las millones de personas movilizadas para derrocar a la dictadura han sido excluidos en la práctica por el nuevo poder militar.

El sociólogo recordó que 40% de la población en Egipto vive con menos de dos dólares al día y el desempleo juvenil asciende a más de 30%, situación que la Junta Militar no intentará cambiar.

En otro punto de su análisis, Petras aseveró que el supuesto recambio gubernamental apoyado por Estados Unidos dejó en claro el rol que jugaron los medios masivos de comunicación, que alabaron "la espontánea naturaleza de las luchas", pero "no las demandas socioeconómicas".

Sobre este tema, agregó que esas empresas periodísticas presentaron "bajo una luz favorable el papel de los militares", pero "sin tener en cuenta los 30 años en los que han sido un baluarte de la dictadura".

"Las masas son alabadas por su 'heroísmo' y los jóvenes por su 'idealismo', pero en ningún caso se les reconoce como actores políticos centrales en el nuevo régimen", manifestó Petras.