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El Programa Mundial de Alimentos (PAM) alertó hoy que teme que la cadena de distribución de alimentos en Libia se paralice, dado que el país es un importador neto de comida, y el transporte está bloqueado a causa de la revuelta y la represión.

"Estamos muy preocupados, porque existe un riesgo de que la cadena de distribución de comida se paralice", señaló en rueda de prensa la portavoz del PAM, Emila Cassella.

La portavoz no pudo prever cuando esto pueda suceder, dada la falta de información sobre lo que sucede en el interior del país, pero añadió: "Conociendo como funciona el país, no creo que falte mucho".

Ante esta eventualidad, el PAM prepara equipos de contingencia en varias fronteras libias para poder entrar en el país para distribuir alimentos "en cuanto la seguridad lo permita".

Consultada Cassella sobre si ya han hecho una solicitud formal a las autoridades libias para poder entrar en el país, no supo dar respuesta.

Antes de la crisis, el PAM tenía un equipo en Libia que se dedicaba a organizar la logística para llevar comida desde los puertos libios hasta Chad a través del desierto, una operación que ha sido cancelada al no tener "certeza de que hubiera seguridad de que la comida llegara realmente a Chad".

Por ahora, el PAM asiste a los emigrantes que llegan a las fronteras egipcia y tunecina.

Se les reparten galletas energéticas y agua, dado que muchos relataron que no habían comido nada en las últimas 24 y hasta 48 horas.

La mayoría de estos emigrantes son tunecinos y egipcios, aunque se contabilizan ciudadanos de varias nacionalidades como chinos, turcos, vietnamitas e indios, entre otros.

Según datos de la Organización Mundial de las Migraciones (OIM), se han contabilizado 15.000 personas que han huido a través de las fronteras egipcia y tunecina en las últimas horas.

Precisamente para poder asistirlos, la OIM hizo hoy un llamamiento de fondos de emergencia por valor de 11 millones de dólares.

"El objetivo es asistir a 10.000 emigrantes pero está cifra podría llegar a 50.000, no debemos olvidar que en Libia hay cientos de miles de trabajadores migrantes, algunos legales y otros ilegales, y muchos intentan abandonar el país", señaló Jean-Philippe Chauzy, portavoz de la OIM.

Bangladesh, Moldavia, Montenegro, Nepal, Filipinas, Sri Lanka y Vietnam son algunos de los países que han solicitado expresamente a la OIM que ayude a evacuar a sus ciudadanos.

"Hay muchos trabajadores que estaban regularizados y que sus consulados conocían de su existencia, pero muchos otros no, por eso es muy difícil hacer cálculos", puntualizó Chauzy.

En Libia también existe un gran contingente de trabajadores de África Occidental (Mali, Costa de Marfil, Burkin Faso, Ghana, entre otros) un contingente que por el momento parece no haber querido o podido abandonar el país, dado que no se les ha contabilizado en los puestos fronterizos, a excepción de medio millar de ciudadanos de Níger que han llegado a su país en las últimas horas.

Por otra parte, Melissa Flemming, portavoz del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), alertó que en Libia vivían unos 8.000 refugiados reconocidos, entre ellos más de 2.000 iraquíes y otros tantos palestinos, además de somalíes y eritreos, cuya documentación espera que les ayude a poder salir sin problemas.

Hasta la fecha se ha registrados unos pocos libios huidos, que han llegado a las fronteras en pésimas condiciones y despojados de todas sus pertenencias.

"Tememos que no se permita a los libios abandonar el país", concluyó Flemming.