
© César A. Catalán
Las heridas que la esclavitud generó en Latinoamérica permanecen abiertas ya que un altísimo porcentaje de la población afroamericana vive actualmente en la marginalidad, según expertos de distintas partes del mundo que este lunes se reunieron en Colombia para hablar del tema.
"La mayoría de las economías y las sociedades americanas, desde Alaska hasta Argentina, se construyeron bajo la etiqueta de la esclavitud, y si tú construyes estructuras de producción y de socialización basadas en la esclavitud, esos legados prevalecen", aseguró a
Efe el historiador barbadense Hilary McDonald. "
Vemos las manifestaciones de esto en la distribución de la riqueza, en este hemisferio la riqueza se distribuye de una manera que margina a los descendientes de los esclavos africanos", prosiguió McDonald.
El catedrático es uno de los veinte expertos mundiales en temas afro que hasta el próximo jueves debatirán en Bogotá y en la caribeña Cartagena de Indias sobre "los efectos de la trata negrera y la esclavitud en las sociedades contemporáneas". Los investigadores conforman el Comité Científico Internacional La Ruta del Esclavo, una iniciativa impulsada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación y la Cultura (Unesco).
Por su lado, el profesor de historia en la Universidad de Texas en Austin, el nigeriano Toyin Fayola, fue más allá y señaló que la esclavitud continúa hoy en día, aunque bajo formas diferentes como la explotación infantil o la trata de blancas. "Tenemos que seguir hablando de la esclavitud del pasado para que podamos ver la de ahora", explicó Fayola sobre la labor que lleva a cabo el comité de la Unesco.
La misma opinión mostró la investigadora y documentalista sudafricana Bridget Rosamund, quien recalcó que muchos de los problemas sociales de su país no se pueden entender si antes no se comprende el régimen segregacionista del Apartheid. A su juicio, eso también sucede en otras sociedades y aseguró que una vez comprendido el fenómeno de la esclavitud "uno se da cuenta de que aún es muy tangible alrededor del mundo en términos sociales y culturales" porque "son heridas que van a tardar mucho en curar".
El tráfico de esclavos comenzó en América al poco de que Cristóbal Colón la descubriese, según el subdirector del Instituto Wilberforce para el estudio de la Esclavitud y la Emancipación, el australiano Joel Quirk. Hasta 1860, fecha en la que llegó a las costas americanas el último barco cargado de esclavos, esta brutal práctica se extendió de manera ininterrumpida, apuntó Quirk.
El investigador calculó que durante los más de 300 años en los que se prolongó el tráfico de esclavos en el continente, al menos 12,5 millones de africanos se vieron forzados a abandonar su hogar para embarcarse en un viaje sin retorno.
"Pensaban incluso que eran transportados para ser devorados por caníbales blancos, otros se suicidaban como escape al hambre, el maltrato y el hacinamiento", relató durante la apertura del acto la viceministra de Cultura colombiana, María Claudia López, sobre los terribles viajes que debían soportar estas personas.
Como resultado de este flujo migratorio, al día de hoy viven en Latinoamérica y el Caribe 150 millones de personas con raíces africanas, según datos de la Unesco. El 2011 ha sido declarado por la asamblea general de las Naciones Unidas como el año internacional para las personas de ascendencia africana.
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