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Nuevas protestas populares se produjeron en el sultanato de Omán esta semana, en el marco de una ola de manifestaciones pro-democráticas en todo el mundo árabe. La habitual tranquilidad en la norteña ciudad portuaria de Sohar se vio afectada en los últimos días.

Testigos dijeron que soldados dispararon al aire e hirieron a una persona el martes, cuando intentaban dispersar a una multitud que protestaba cerca de esta ciudad. "Éramos entre 200 y 300 personas en la carretera. El ejército comenzó a disparar al aire", narró uno de los manifestantes a condición de mantener el anonimato.

"Muchas personas corrieron. El hombre que recibió el disparo había llegado para calmar al ejército", añadió. La multitud se dispersó sólo para reagruparse en la plaza Globe, ubicada cerca del puerto, y las tropas se retiraron, dijeron testigos. Más tarde, el tráfico comenzó a fluir libremente en el puerto, y en la plaza se ubicaron cinco vehículos blindados, pero los manifestantes habían desaparecido.

Fue el cuarto día de protestas en Omán. Los manifestantes exigen más empleos y reformas políticas. El lunes habían bloqueado la entrada al puerto de Sohar, que exporta al día 160.000 barriles de 159 litros de petróleo refinado. También se han producido pequeñas protestas en la capital, Muscat.

Unos 300 manifestantes realizaron una sentada frente a la sede de la Asamblea Consultiva del sultanato el martes, exigiendo reformas y el fin de la corrupción. La protesta fue organizada por intelectuales y organizaciones de la sociedad civil. Los manifestantes portaban carteles que rezaban: "Queremos empleos", "Queremos salarios más altos" y "Queremos libertad de prensa".

Mientras, unas 2.000 personas se reunieron en una mezquita para expresar su apoyo a la monarquía absoluta del sultán Qabus bin Said, quien ha gobernado este país durante cuatro décadas. Sus partidarios responsabilizaron a los manifestantes de la violencia de esta semana.

El domingo pasado, en un intento de calmar las tensiones, el sultán prometió crear 50.000 nuevos empleos, brindar beneficios a los desempleados por 390 dólares mensuales y considerar una ampliación de poderes a la Asamblea Consultiva, que en la actualidad ejerce sólo funciones de asesoría.

Hubo informes encontrados sobre el número de muertos en los enfrentamientos de Sohar el domingo, cuando la policía abrió fuego a manifestantes que lanzaban piedras, luego de haber intentado dispersarlos a bastonazos y con gases lacrimógenos. El Ministerio de Salud señaló que una persona había fallecido, pero un médico y varias enfermeras de un hospital estatal aseguraron que las víctimas fatales eran seis.

"Hemos estado en contacto con el gobierno y aconsejamos la contención y la resolución de los conflictos a través del diálogo", dijo el lunes el portavoz del Departamento de Estado (cancillería) de Estados Unidos, P.J. Crowley.

Los partidos políticos están prohibidos en Omán, y el sultán Qabus ejerce el poder absoluto. El monarca reorganizó su gabinete el sábado pasado, una semana después de que protestas en Muscat le dieran el primer indicio de que el descontento popular en todo el mundo árabe podría alcanzar a Omán.

Este país no integra la Organización de Países Exportadores de Petróleo, pero genera unos 850.000 barriles diarios y tiene fuertes vínculos militares y políticos con Occidente.

Algunos países árabes ricos en la región, como Arabia Saudita y Kuwait, han prometido miles de millones de dólares en beneficios públicos y han ofrecido modestas reformas para mantener en calma a sus habitantes, luego de que movimientos populares derrocaran a los respectivos gobiernos de Túnez y Egipto, y amenazan ahora al de Libia.