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© APEl nuevo gobierno, dirigido por Essam Sharaf.
El nuevo gobierno egipcio dirigido por Essam Sharaf, purgado de varias figuras de la era Mubarak tal y como exigían los militantes pro democráticos, juró el cargo este lunes ante el jefe del Consejo supremo de las fuerzas armadas, el mariscal Hussein Tantaui.

Seis ministerios han sido renovados, incluyendo los de Interior, Relaciones Exteriores y Justicia.

Nabil al Arabi, un diplomático de carrera, sustituyó a Ahmed Abul Gheit -un barón del gobierno del derrocado presidente- al frente de la diplomacia egipcia. Mientras, el general Mansur al Issaui fue nombrado titular de Interior, tomando el puesto de Mahmud Wagdi, y el ex fiscal general Mohamed el Guendi fue designado para liderar Justicia.

El ministerio del Petróleo quedó a cargo de Abdalá Ghorab, antiguo dirigente de una sociedad petrolera pública; el de Cultura en manos de Emad Abu Ghazi, un profesor de universidad; y el de Mano de Obra (Trabajo) bajo la responsabilidad de Ahmed el Borei.

En un discurso televisado, Sharaf pidió a los jóvenes que iniciaron el sublevamiento popular contra el régimen de Hosni Mubarak que ahora ayuden en el proceso de transición.

"Pedimos a los jóvenes que participen socialmente y económicamente como lo hicieron políticamente", explicó Sharaf, que afirmó que el gobierno egipcio toma su legitimidad y su fuerza del pueblo.

"El gobierno confirma su compromiso pleno hacia los tratados y convenciones internacionales", afirmó, haciendo alusión al tratado de paz con Israel.

Por su parte, el nuevo canciller Al Arabi, de 75 años, formó parte del equipo que negoció la paz con Israel en 1978-1979. Egipto y Jordania son los únicos países árabes en haber firmado la paz con los israelíes.

Ex embajador ante la ONU, respetado diplomático y especialista en Derecho Internacional, Al Arabi figura en una lista de 25 personas propuestas para una coalición de movimientos de jóvenes que iniciaron la revuelta contra Mubarak, quien presentó su dimisión el 11 de febrero bajo la presión popular.

El nuevo ministro del Interior, Mansur al Issaui, se comprometió el domingo a hacer todo lo posible para "restablecer la seguridad y la estabilidad" y a tomar "todas las medidas necesarias para restablecer la confianza entre el ciudadano y el policía".

Los policías desertaron de las calles de Egipto unos días después de que comenzara la revuelta. Poco a poco van volviendo a sus puestos de trabajo, pero la situación todavía no ha recuperado la normalidad.

Sharak es popular entre los jóvenes militantes pro-democráticos. Nombrado el jueves en sustitución de Ahmad Shafiq, quien dimitió, acudió al día siguiente a la plaza Tahrir, convertida en símbolo de la "revolución", donde fue aclamado por una multitud entusiasmada.

Ante miles de personas, se comprometió en satisfacer las peticiones populares, que exigen un cambio democrático.

Ahmad Shafiq y su gobierno fueron nombrados los últimos días que Mubarak permaneció en el poder. Incluso después de una primera remodelación, el Ejecutivo fue rechazado por los opositores, particularmente por las organizaciones de jóvenes, debido a la presencia de numerosas personalidades próximas al presidente derrocado.

El nuevo gobierno deberá afrontar una situación económica difícil. La Bolsa de El Cairo cerró "indefinidamente" y el país ha perdido semanas preciosas de ingresos. Sharaf, sin embargo, se mostró optimista sobre una recuperación de la actividad económica.

El nuevo gabinete también deberá aplicar las reformas políticas que tome el Ejército, a quien Mubarak cedió el poder cuando se fue.

El Consejo supremo de las fuerzas armadas suspendió la Constitución y disolvió el Parlamento. Está prevista la celebración de un referéndum sobre las enmiendas al texto el próximo 19 de marzo, antes de las elecciones legislativas y presidenciales que, en principio, deben tener lugar antes de setiembre, cuando se vuelva al poder civil.