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..Y además se acaba el tempo de Portugal.....está pagando más intereses a 5 que a 10 años.

El explosivo cóctel que conforman la crisis de la deuda europea y las agencias de calificación vivió ayer su enésimo episodio.

La firma que disparó esta vez fue Moody's y el país que recibió los balazos, uno que ya está acribillado: Grecia.
Aunque todavía puede sufrir más, puesto que la sociedad evaluadora reconoció abiertamente que existe una creciente posibilidad de que Atenas no pueda afrontar el pago de su deuda. Y ante semejante amenaza, no se cortó a la hora de rebajarle la nota: tres escalones, desde Ba1 hasta B1, un rating que otorga a los emisores con un alto riesgo de insolvencia.

Además de situar al país heleno al borde del impago -default-, algo que las autoridades griegas definieron como "completamente injustificado", el impacto de la decisión se sintió, principalmente, en Portugal, que cada vez siente más cerca la sombra del rescate financiero.

Y la última prueba de que el tiempo se le acaba tuvo lugar ayer, jornada en la que el rendimiento de los bonos lusos a cinco años llegó a superar el de los títulos a 10 años, algo que nunca antes había ocurrido.

Con la decisión de Moody's como espoleta, la rentabilidad de los primeros llegó al 7,57%, frente al 7,55% de los segundos. En ambos casos, se trata de los niveles más altos desde el nacimiento del euro en 1999. El emparejamiento de las rentabilidades constituye una anomalía que certifica las crecientes dificultades que tiene Portugal para obtener en el mercado la financiación que necesita.

De hecho, Grecia e Irlanda ya transitaron por la misma situación antes de sus respectivos rescates. En este sentido, Lisboa afrontará mañana una prueba de fuego, puesto que tiene previsto captar entre 750 y 1.000 millones de euros en bonos a dos años. Antes, Grecia intentará conseguir hoy 1.250 millones en letras a seis meses. El futuro de Europa, en 15 días

Además, las expectativas se centran en la Cumbre Europea que se celebrará en Bruselas el viernes, de la que se espera se sienten las bases para una mayor integración económica en la Europa del euro. La propia canciller alemana, Angela Merkel, aseguró la semana pasada que los líderes europeos deben enviar una "señal clara" a los mercados. "El mundo espera que la Unión Europea y, especialmente la eurozona, demuestre que estamos con nuestra moneda", demandó.

Para el banco de inversión Nomura, esta semana podrían sentarse las bases para lograr "el Gran Acuerdo" en la Cumbre que se celebrará los días 24 y 25 de marzo. En ese caso, no duda que "Europa funcionará en el tiempo", aunque para ello "necesita reforzar su Gobierno, arreglar sus bancos y reformar sus políticas estructurales".

Otra entidad internacional, Morgan Stanley, centró su mirada en España. Y lo hizo con un punto de vista "constructivo". Pese a reconocer que "la recuperación será débil", insistió en que la situación económica española es mejor que la de Grecia, Irlanda y Portugal.