El director del organismo de Naciones Unidas, Yukuya Amano, viajará mañana a Japón para ayudar a gestionar la crisis.- Cuatro de los seis reactores de la planta atómica japonesa tienen problemas.- EE UU pide a sus ciudadanos que no se acerquen a menos de 80 kilómetros de la central

Los núcleos de tres reactores de la central nuclear de Fukushima (este de Japón) están dañados, según acaba de confirmar el Organismo Internacional de Energía Atómica. El director de la agencia nuclear de Naciones Unidas, el japonés Yukiya Amano, ha anunciado también que mañana se desplazará hasta el país para obtener datos de primera mano y ayudar a gestionar la crisis. Sus palabras, tras quejarse ayer de falta de comunicación por parte de las autoridades japonesas, suponen la primera confirmación de que se está produciendo una fusión en el núcleo de esos reactores, lo que incrementa las posibilidades de una fuga radiactiva en la central, seriamente dañada por el terremoto y el tsunami del pasado viernes. EE UU ha pedido a sus ciudadanos que vivan a menos de 80 kilómetros de la central que abandonen la zona o eviten salir de casa. Horas antes, el Pentágono había anunciado la prohibición a todo su personal de entrar en esa área sin una autorización especial. Puesto que el Ejército estadounidense continúa asistiendo en las labores de emergencia, también ha anunciado que administrará tabletas de yoduro de potasio como medida preventiva a sus tripulaciones aéreas, un elemento encaminado a reducir el riesgo de las partículas radiactivas sobre la glándula tiroides.

Los problemas se acumulan en cuatro de los seis reactores de la central. El número 3 es el que mejor ejemplifica la situación: su núcleo se ha fundido al menos parcialmente y los sistemas de refrigeración no funcionan, situación que también se da en otros los reactores 1 y 2; se cree que hay daños en la estructura de contención, sospecha que se extiende al número 2; el edificio está seriamente dañado, como el del reactor 1; y en la piscina que almacena el combustible gastado, altamente radiactivo, ha bajado el nivel de agua, lo que preocupa a la agencia nuclear japonesa (NISA), cuya inquietud se extiende por el mismo motivo al reactor 4. La única nota mínimamente positiva es que, según ha dicho el gabinete de crisis del Gobienro japonés, los daños en la estructura de contención no parecen graves, una coraza fundamental para evitar una gran fuga radiactiva si se produjera una explosión en el núcleo. Con todo, la compañía que gestiona la central (la Tokyo Electric Power Company; abreviada como TEPCO) continúa inyectando agua de mar en los reactores 1, 2 y 3 para enfriarlos cuanto antes y evitar fugas. Los daños en las barras de combustible pueden ser el primer paso para que se funda el núcleo, ya que se calientan y comienzan a fundirse con los elementos metálicos que contienen. Se forma entonces un magma metálico muy radiactivo. Si la contención aguanta puede quedar dentro del edificio (lo que ocurrió en Three Mile Island, en EE UU en 1979). Si la contención falla y esa radiación sale fuera, la tragedia podría alcanzar consecuencias imprevisibles. [consulta en este gráfico los distintos componentes del reactor].

Segundo incendio en el reactor 4

Además, durante la noche (mañana en Japón), se desencadenó otro incendio en el edificio número 4, cuyo reactor no presenta dificultades ya que estaba sin combustible en el momento del terremoto por labores de mantenimiento. Sin embargo, no se excluye la posibilidad de una fuga radiactiva en ese edifico por otra vía. Se trata de la piscina de combustible usado, cuyo nivel de agua ha descendido y corre peligro de dejar al descubierto las barras de combustible usado, que son más radiactivas que cuando están en funcionamiento. En el momento en que las barras se reemplazan por unas nuevas, la viejas son depositadas en una pileta y cubiertas de agua, que circula por un circuito cerrado para refrigerar las barras. La NISA ha informado que se está preparando la inyección de agua tanto en esa piscina como en la del reactor 3, cuyo nivel de agua también ha descendido.

La acumulación de problemas provocó tales niveles de radiactividad que fue necesaria, la pasada noche, la evacuación durante unas horas de los 50 trabajadores que intentaban controlar la situación en la central. Ese medio centenar de personas fueron los únicos que quedaban de los 800 que en principio estaban trabajando, evacuados en su mayoría ante el empeoramiento de la situación. Según han informado las autoridades, finalmente son 180 los operarios que han vuelto a Fukushima para tratar de refrigerar la central. En ese trabajo se centran ahora todos los esfuerzos con todos los medios disponibles. Se ha intentado con helicópteros, pero la operación ha tenido que ser abortada por los altos índices de radiactividad. No obstante, el Gobierno nipón mantiene la zona de evacuación en 20 kilómetros a la redonda de la planta y sostiene que los niveles radiactivos detectados no son perjudiciales para la salud.

El estado de los cuatro reactores afectados en la central cambia constantemente y las informaciones que facilitan tanto las autoridades niponas como la empresa TEPCO no contribuyen demasiado a hacerse una idea de la situación. El director del OIEA ya se quejó ayer de la falta de información que se suministraba al organismo y dijo que intentaría solventarlo. 24 horas después, Yukiya Amano ha anunciado que estará mañana de visita en Japón para obtener información de primera mano. "La situación ha evolucionado y es muy seria", ha dicho hoy desde Viena (Austria), donde se encuentra la sede del organismo de Naciones Unidas. Por contra, ha asegurado que no se puede decir que la situación esté "fuera de control" tal y como ayer aseguró el comisario europeo de Energía, Günter Öttinger.

La OMS dice que no hay riesgo para la salud

La Organización Mundial de la Salud se ha unido al mensaje tranquilizador del Gobierno nipón. Según su representante en China, no hay evidencias de una importante emisión de radiación desde la planta japonesa. Por eso, ha pedido a la población que mantenga la calma y no se deje llevar por rumores ni los difundan. "La OMS quiere asegurar a los Gobiernos y a la población que no hay pruebas en este momento de ninguna importante propagación internacional desde la planta nuclear", ha asegurado en una nota Michael O'Leary, representante de la OMS en China. Tampoco cree que haya peligro para la salud para la gente fuera de la zona de evacuación.

No obstante, la población de la prefectura de Fukushima está muy intranquila y cada vez más airada, según ha declarado hoy el Gobernador. "La inquietud y la cólera del pueblo de Fukushima están desbordados", ha dicho Yuhei Sato, que ha pedido al conjunto de la población solidaridad con los evacuados y los afectados.

Reacciones en el exterior

La situación en Fukushima está causando una ola de respuestas de todo tipo en el exterior. Desde las revisiones de las políticas nucleares domésticas, a lo que se acaba de apuntar china, a reuniones de emergencia para tratar la situación. Pekín ha suspendido la aprobación de construcción de nuevas plantas nucleares y está haciendo nuevos controles de seguridad en las ya existentes, según ha anunciado el Gobierno. Los planes nucleares de china, los más ambiciosos del mundo, se verán pues decelerados. China está construyendo actualmente 28 reactores.

Mientras, Francia ha pedido una reunión de los ministros de Finanzas y responsables de los bancos centrales de los países del G-7 para hacer frente a la crisis de Japón, lo que incluiría la compra de deuda japonesa, según ha anunciado la minsitra francesa del ramo, Christine Lagarde. El propósito, según ha dicho, sería "ver cómo podemos tomar parte en los asuntos de deuda [japonesa] y cómo podemos reaccionar desde un punto de vista financiero".