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Jóvenes palestinos convocaron hoy a nuevas movilizaciones en Cisjordania y la Franja de Gaza a favor de la reconciliación entre los movimientos Hamas y Al-Fatah, y anunciaron huelgas de hambre hasta conseguir ese propósito.

Organizadores de la coalición 15 de Marzo, integrada por una docena de grupos juveniles que realizaron el martes masivas movilizaciones en este territorio ocupado y en el enclave costero de Gaza, prepararon otro "día de la ira" para conseguir la cohesión del pueblo palestino.

Al menos 10 integrantes de esa alianza aseguraron que no ingerirán alimentos hasta ver "pasos concretos emprendidos para acabar con la división" del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas) y Al-Fatah, enemistados después de las elecciones de 2006.

Los activistas dijeron desear, además, ver el fin de la incitación mediática a la rivalidad interpalestina y la liberación de todos los prisioneros políticos de una y otra facción.

Hamas, que ganó las elecciones legislativas de 2006, se hizo con el control de Gaza en junio de 2007 después de fieros enfrentamientos y la expulsión de Al-Fatah, liderado por el también presidente palestino, Mahmoud Abbas, cuyo mandato efectivo se limita ahora a Cisjordania.

Alrededor de tres mil personas, en su mayoría jóvenes de distintas filiaciones políticas, marcharon ayer por esta urbe de Ramalah, pese a restricciones de las fuerzas ocupantes israelíes, y otras 300 mil hicieron lo mismo en la Ciudad de Gaza.

En el caso de Gaza se trató del "primer día de la campaña del movimiento hacia el fin de la despreciable rivalidad interpalestina", y anunciaron que se trataba del inicio de una cruzada pacífica que "continuará hasta que terminen las disputas" internas.

Sin embargo, este miércoles los activistas se desmarcaron de partidarios de Hamas y Al-Fatah que, según denunciaron, intentaban aprovechar la convocatoria para fines políticos partidistas.

Los palestinos consideran indispensable la cohesión de su pueblo, dentro y fuera de los territorios ocupados por Israel, para poder hacer frente a las políticas expansionistas y represivas del Gobierno sionista, aceleradas con la ampliación de asentamientos judíos.

"El pueblo quiere el fin de la división y el fin de la ocupación", coreaban manifestantes en Cisjordania mientras el presidente Abbas prometió elecciones cuanto antes para acabar con las rivalidades.