En las consultas, los terapeutas solemos encontrarnos que las personas más felices y satisfechas cuentan con tres habilidades de relación específicas. No se desanime si usted o su pareja no son muy buenos en estas habilidades comunicativas que vamos a comentar. Rara vez nacemos con el don de la comunicación, sino que son habilidades que necesitan ser aprendidas y practicadas.

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Empatía

La empatía se refiere a ser capaz de ponerse en la piel de otra persona y comprender su experiencia y punto de vista, de modo que el interlocutor puede obtener una apreciación de cómo se sienten. Por supuesto, usted también tiene que ser capaz de transmitir sus ideas a esa persona con precisión para que la otra persona pueda acceder a esa misma comprensión sobre su situación.

La mayoría de las parejas tienen dificultades con la empatía por una sencilla razón: creen que ya saben lo que el otro sienten o piensan por el simple hecho de llevar varios años de relación. Innumerables estudios demuestran la imperfección de este supuesto: somos malos predictores de lo que el otro piensa, inclusive de nuestras parejas. Nuestros supuestos son casi siempre sesgados o equivocados.

La empatía requiere un truco mental: cierra los ojos y, literalmente, imagine ser la otra persona. Póngase en su perspectiva, en su realidad, en sus prioridades, en sus expectativas, en sus prejuicios y sus preocupaciones. Sólo entonces se debe introducir la apremiante situación actual en la escena e imaginar entonces de qué manera la otra persona percibe la situación y cómo se sentiría usted en esa posición.

La empatía es una habilidad crucial en la comunicación y en las relaciones humanas, y además se relaciona con la siguiente habilidad esencial.

Validación Emocional

Cuando su pareja está enfadada o molesta con usted, la última cosa que usted quiere es aumentar ese malestar diciéndoles que tienen todo el derecho a sentirse de esa manera. Pero cuando usted transmite lo que sucede desde una actitud de simpatía y comprensión, todo cambia. En lugar de incitar a la tristeza o a la ira, su mensaje de validación emocional realmente puede destensionar el conflicto.

¿Por qué ocurre esta paradoja?

La validación emocional es algo que todos buscamos y anhelamos, por lo general mucho más de lo que pensamos. Cuando estamos molestos, enojados, frustrados, decepcionados o heridos, lo que más queremos es que nuestra pareja entienda por qué nos sentimos así.

Queremos que validen nuestros sentimientos, transmitiéndonos sus opiniones con una generosa ración de simpatía. Cuando lo eso ocurre, el alivio y la catarsis que experimentamos son enormes. A continuación, podemos alcanzar una auténtica liberación de los bajos instintos y empezar a expresar algunos de los sentimientos que hemos acumulado, liberando tensiones y volviendo a retomar las expresiones de afecto.

La validación emocional y la empatía son habilidades enormemente importantes para las relaciones. Éstas se complementan con la tercera habilidad de nuestra lista.

Honestidad y respeto

Las parejas subestiman de forma constante el impacto de los pequeños gestos de consideración tienen en las dinámicas de su relación. Un bonito gesto o señal de afecto pueden detener casi instantáneamente una dinámica tensa y negativa y devolver la relación a un buen cauce para la comunicación positiva y afectiva.

Obviamente, regalar un ramo de flores o dar un abrazo no pueden revertir la profundidad de una herida. Pero cuando las cosas se ponen tensas la cortesía, la buena voluntad y el afecto son muy poderosas armas ante la tensión, la impaciencia y la negatividad.

Estas tres habilidades de relación van de la mano. Juntas forman una base de cariño, de confianza y de conexión a la que las parejas pueden regresar con mayor facilidad cuando se encuentran en momentos de estrés, tensión o de distancia emocional. En manos de cada uno está hacer un esfuerzo para practicarlas, mejorar en ellas e integrarlas en su pensamiento y comunicación diaria. Las habilidades comunicativas también se puede aprender: ánimo, te serán de gran ayuda.