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A siete mil 197 asciende la cifra de muertos por el terremoto y el tsunami del pasado día 11 en Japón, mientras los desaparecidos suman 10 mil 905, informó hoy la Policía. Los datos corresponden a un parte divulgado en la mañana.

Poco después la agencia de noticias Kyodo aclaró que las informaciones sobre un sobreviviente encontrado hoy en una casa parcialmente derrumbada en Kesennuma, en la prefectura de Miyagi, eran inexactas. Katsuharu Moriya había regresado a su hogar ayer para limpiarlo luego de permanecer en un centro de evacuación desde el pasado día 11.

Sin abandonar las labores de rescate y recuperación de cadáveres en medio de las réplicas, también se priorizan las tareas para avanzar gradualmente hacia cierta normalidad, incluidas las viviendas, misión que se dificulta por la escasez de combustible, entre otros problemas.

En la ciudad costera de Rikuzentakata, en la prefectura de Iwate, hoy se comenzaron a construir 200 casas temporales en el patio de una escuela secundaria. Un plan similar en un estadio de béisbol en Kamaishi, en la misma región, fue aplazado al no poderse entregar los materiales por falta de combustible para transportarlos.

De acuerdo con informaciones oficiales, 387 mil evacuados permanecen en dos mil 200 refugios. Mientras, los esfuerzos por aliviar la crisis en la planta Fukushima-1, en la prefectura de igual nombre, suman otra jornada centrada en tratar de restablecer los sistemas de enfriamiento de varios de sus reactores a fin de evitar mayores escapes de radiación.

El nivel del accidente allí se elevó la víspera de cuatro a cinco, en la escala INES, de siete. Ese último solo se le aplicó a lo ocurrido en Chernóbil. Con ello esta tragedia alcanzó la misma categoría que la ocurrida en Three Mile Island, Estados Unidos, en 1979.

Esa evaluación solo aumenta las preocupaciones, también más allá de las fronteras de este archipiélago, en medio de una operación de vertido de agua sobre la central con vistas a controlar el sobrecalentamiento de las piscinas de barras usadas de combustible.

La noticia trascendió poco después que el Director General del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Yukiya Amano, pidió a las autoridades japonesas facilitar información más detallada sobre cuanto sucede en la planta de seis reactores, escenario de incendios y explosiones de hidrógeno.

Como parte de las tareas para tratar de contener la tragedia, camiones del Departamento de Bomberos de Tokio rociaron temprano en la mañana 90 toneladas de agua sobre el reactor 3, uno de los más dañados. También se trabaja en el tendido de cables desde el exterior en un intento por arrancar nuevamente las bombas de agua para enfriar las barras de combustible en la central, ubicada a 240 kilómetros al norte de Tokio.

Aunque la reconexión al reactor 2 debe concluirse hoy, según se estima, la reactivación del sistema de enfriamiento de las unidades y las piscinas de las barras de combustible tomará más tiempo al tener que comprobarse los equipos luego de restablecerse el suministro eléctrico. La Tokyo Electric Power Co., operadora de la planta, dijo haber conectado la línea externa de transmisión con el punto de recepción de la central y confirmó que se le puede alimentar electricidad.

El enfriamiento es necesario porque un aumento en la temperatura del agua hace disminuir el nivel de esa última, con la posibilidad de que las barras usadas de combustible queden expuestas, por lo cual pudieran calentarse más, fusionarse y emitir material altamente radiactivo, en el peor de los casos.

Con efectos en los mercados financieros internacionales y considerada la peor de Japón desde 1945, la crisis iniciada el pasado día 11 y aún por resolver deviene nuevo punto de referencia para los debates sobre una revisión de la seguridad en esta industria.