En septiembre de 2015, el Estado Islámico había estado devastando Siria por alrededor de cuatro años, asesinando civiles y destruyendo pueblos y ciudades. En aquel entonces, había buenas razones para creer que el ejército sirio pronto sería derrotado por el EI y las fuerzas "rebeldes", y el gobierno sirio derrocado. Esto, a pesar de que la coalición liderada por Estados Unidos había estado supuestamente "bombardeando al EI" por casi un año, con el extraño resultado de que los yihadistas incrementaban su territorio constantemente en Siria e Irak.

Obviamente, a estas alturas está bastante claro que la única razón de que la banda de mercenarios pagados llamada "EI" pudiera amenazar a Siria era porque recibía enormes cantidades de fondos, armas y entrenamiento de EEUU y sus aliados del Golfo Pérsico.
Putin Russia jets ISIS
Sin embargo, una vez que los militares rusos intervinieron el 30 de septiembre de 2015, el EI y los otros varios grupos "rebeldes" yihadistas vieron su territorio y sus fuerzas rápidamente reducidos, a pesar de la ayuda y apoyo del gobierno de EEUU para el EI y sus rebeldes. Después de la liberación de Alepo por las fuerzas rusas a finales del año pasado, han tenido lugar muchas otras victorias dramáticas del ejército sirio (respaldado por la fuerza aérea rusa), siendo la victoria más reciente, y quizá la definitiva, la liberación de la ciudad siria de Deir ez Zor esta semana.

Usted pudo no haberlo notado, pero a lo largo de los últimos dos años, los medios y gobiernos occidentales han ignorado consistentemente o criticado las victorias del ejército sirio apoyadas por la campaña aérea rusa. Por supuesto, esto no es sorprendente dado que el EI no es nada más que un ejército sustituto de EEUU y los Estados del Golfo, diseñado específicamente para hacer la guerra contra el pueblo sirio, destruir a Siria como una nación y rehacerla a la imagen de Occidente de lo que significa ser un vasallo del imperio. Aquellas veces en que la prensa occidental decidió comentar sobre los logros de los ejércitos sirio y ruso, los condenaron cínicamente como una "agresión rusa" o "Assad mata a su propia gente".

Un ejemplo es la liberación esta semana de Deir ez Zor. Aunque no ha habido condenas específicas, usted tendrá dificultades en encontrar aunque sea sólo un medio de comunicación masivo estadounidense que reporte la más reciente noticia de que un ataque aéreo ruso sobre un centro de comando subterráneo cerca de la ciudad mató a 40 miembros del EI, incluyendo a cuatro comandantes de campo. Entre los militantes de alto rango que murieron está Abu-Muhammad al-Shimali, el autoproclamado "emir de Deir ez Zor" y buscado internacionalmente.

Al-Shimali es un ciudadano saudí (¡sorpresa, sorpresa!) nacido en Irak y ex miembro de al-Qaeda, que juró lealtad al EI en 2015 (a cambio de un jugoso cheque) y se volvió notable por contrabandear terroristas hacia Siria (de parte de EEUU y Arabia Saudita). Pero sólo para mantener la farsa, Al-Shamali fue nombrado un "blanco de perfil importante" por el Departamento de Estado de EEUU, que ofreció una recompensa de hasta 5 millones de dólares a cambio de información que llevara a su captura en 2015. Muchas agencias de inteligencia europeas también declararon que Al-Shimali estuvo involucrado en los ataques en París de noviembre 2015. Ahora usted podría pensar que con la noticia de que este brutal asesino, responsable de tanta matanza en Siria y Francia, haya sido eliminado, el Departamento de Estado de EEUU y el gobierno francés podrían dejar a un lado su ridícula ideología antirrusa y hacer una declaración pública felicitando a los ejércitos y gobiernos rusos y sirios por su admirable logro. Pero usted estaría equivocado. No tienen nada que decir; de hecho, probablemente estén teniendo problemas por controlar sus ganas de gritar "maldito asesinato" porque Rusia acaba de matar a uno de sus agentes favoritos.
Gulmurod Khalimov
Gulmurod Khalimov, miembro del EI y el hombre del Pentágono en Siria, o Rusia, o dondequiera que lo planten.
Pero se van a quedar con la boca cerrada, y con buena razón; no vaya a ser que otro "comandante del EI" asesinado en las mismas instalaciones atraiga demasiada atención: Gulmurod Khalimov, un comandante militar de Tayikistán e islamista que "desertó en favor del EI" en 2015 después de haber recibido años de entrenamiento en EEUU a través del programa de Asistencia Diplomática de Seguridad y Antiterrorismo del Departamento de Estado de EEUU. Después de "desertar", Khalimov dijo que planeaba regresar a casa para establecer la Ley Sharia en su nación de Asia Central y llevar la yihad a Rusia. Qué coincidencia. Por supuesto, no es nuevo para el Pentágono y la CIA gastar miles de millones de dólares del dinero de los contribuyentes estadounidenses para entrenar y armar yihadistas.

También está el pequeño detalle de la declaración por una "fuente diplomática" no nombrada de que al menos una docena de comandantes de campo del EI, incluyendo dos de "origen europeo", fueron evacuados de Deir Ez Zor por un avión de la Fuerza Aérea de EEUU a finales de agosto, cuando quedó claro que la ciudad caería en manos del ejército sirio. Normalmente soy escéptico cuando se trata de "fuentes diplomáticas no nombradas", pero en esta ocasión el alegato es creíble, dado lo que se sabe del apoyo directo de EEUU a los yihadistas en Siria. En junio de este año, el comandante de las fuerzas rusas en Siria, el coronel general Sergei Surovikin, dijo que a los combatientes del EI se les permitió salir de dos aldeas al suroeste de Raqqa para moverse hacia Palmira. Surovikin dijo que la coalición de EEUU, junto con sus aliados kurdos, "coludieron con los líderes del EI, que entregaron áreas bajo su control y se dirigieron hacia provincias donde operan las fuerzas del gobierno sirio."

Pero supongo que no debería de quejarme demasiado, ni esperar demasiado de los psicopáticos belicistas del Pentágono y la CIA, sus asquerosos amigos cortacabezas de Arabia Saudita, y los medios occidentales que son el brazo de propaganda de estos tres. Su pequeño plan para un cambio de régimen en Siria inducido por una guerra civil falsa ha caído de cara al suelo gracias al ejército ruso bajo el liderazgo de Vladimir Putin y los esfuerzos estelares del Hezbolá libanés y las milicias iraníes. Nada puede cambiar eso ahora, ni siquiera el "Plan B" de EEUU de cortar un pedazo del norte de Siria para crear un Estado kurdo.

Mientras que a los creadores de realidad en Washington les podría gustar pensar que un enclave kurdo aliado a EEUU en el norte de Siria e Irak podría asegurar el "título de propiedad" de Estados Unidos sobre Medio Oriente y evitar el levantamiento de Rusia e Irán como los poderes dominantes de la región, esto es un sueño imposible. Si se corta el Kurdistán de Siria e Irak, esto sólo sería con el consentimiento de Irán, Turquía, Siria e Irak, todos los cuales tienen muy buenas razones (y medios efectivos) para evitar el establecimiento de una patria kurda. Por lo tanto, la realidad geopolítica y geográfica de la situación significa que un Estado kurdo oficial estaría aliado con sus vecinos inmediatos, no con los belicistas imperiales y cortacabezas fuereños.