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© York Archaeological TrustEl cerebro se ha conservado en perfectas condiciones durante casi 2.700 años
Tal vez, un hombre que fue ahorcado y decapitado nunca pensó que su cerebro iba a ser noticia. Y mucho menos que fuera a serlo casi tres milenios después de su muerte.

Durante una excavación, un grupo de investigadores británicos han hallado uno de los cerebros prehistóricos mejor conservados del mundo. Estaba sumergido en el fondo de un pozo inundado en Heslington (Inglaterra) y está datado de hace 2.684 años.

Pertenecía a un hombre de la Edad de Hierro que fue colgado en la horca y decapitado posteriormente. Su cabeza cayó al fondo del pozo y el cerebro ha permanecido casi intacto desde entonces. Según los autores de la investigación publicada en la revista Journal of Archaeological Science es el cerebro humano intacto más antiguo encontrado en Asia y Europa.

Ambiente sin oxígeno

Se ha mantenido en estas condiciones gracias al ambiente anóxico (sin oxígeno) del pozo en el que estaba sumergido, que ha sido la clave para preservar el tejido cerebral. "Perteneció a un hombre que tendría unos 30 años", asegura Sonia O´Connor, responsable del estudio, en declaraciones recogidas por Discovery News.

"La causa de la muerte suele ser difícil de determinar en restos arqueológicos, pero al ver cómo estaban dañadas las vértebras del cuello se puede asegurar que murió en la horca", añade la investigadora de la Universidad de Bradford. Los científicos sospechan que el lugar donde han encontrado el cráneo (Heslington) se realizaban ritos ceremoniales desde la Edad de Bronce hasta principios de la época romana.

Muchos pozos de la zona estaba marcados con estacas individuales. Y los restos del hombre -solo la cabeza- no han sido los únicos que se han encontrado, sino que también ha aparecido, entre otros, el cuerpo sin cabeza de un ciervo que habían depositado en un canal.

Condición extraordinaria

Imágenes láser y otros análisis químicos han revelado que se ha conservado de forma natural. Los técnicos no han encontrado evidencias de actividad bacteriana, ni de hongos y han descrito el tejido como "inoloro y con una textura elástica, como de tofu".

Al aire libre, incluso en las condiciones de temperatura del depósito de cadáveres de un hospital, el tejido cerebral se descompone rápidamente. En esta ocasión, una serie de eventos fortuitos se han encargado de preservar el órgano en buenas condiciones.

Poco después de ser degollado, la cabeza cayó en un pozo anegado de agua. No había oxígeno. Y el ambiente húmedo, explican los investigadores, parece ser perfecto para mantener el cerebro intacto, "debido a la diferente composición química del tejido cerebral", concluye O´Connor.