Todos los que me seguís habitualmente ya habréis podido comprobar que me persigue una preocupación obstinada por el auto-cuidado, quizá consciente de cuántas enfermedades podrían evitarse si nos preguntásemos por qué enfermamos; qué hace que nos sintamos bien, cómo y por qué podemos estar sanos o enfermos.
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En prácticamente todas las carreras universitarias que giran en torno a la medicina, se nos habla de "la enfermedad": todo gira en torno a ésta y cómo tratarla. Pero debemos preguntarnos qué hace que nos sintamos bien, cómo podemos y debemos tratar a nuestro cuerpo para mantener la salud. La aparición de la enfermedad no debe verse como una pista de esquí, cuyo inevitable final sea la muerte.

Es importante destacar que la enfermedad, en muchas ocasiones, aparece como consecuencia de malos hábitos alimenticios y conductuales, que provocan un debilitamiento de nuestro sistema inmune. Mantener el organismo desintoxicado y un sistema inmune sano y fuerte es la manera más efectiva de evitar la enfermedad.
"El paciente con cáncer tiene que hacer un análisis, una introspección y ver qué factor pudo haber alterado su organismo: si es mala alimentación, estrés, depresión... Todos esos factores pueden modificar nuestro universo interno, que está regulado por las emociones, por las hormonas, por nuestro sistema inmunológico. El paciente que comprende cuál puede ser el fenómeno de la aparición del cáncer puede modificar conductas, hábitos y se va a curar del cáncer porque tiene su sistema inmunológico para ayudarlo. Pero si nos dejamos guiar por el terror, por el miedo, y pensamos que ya nada podemos hacer, perderemos la batalla".
La medicina convencional ha tenido un enorme papel en la mejoría de la calidad de vida y en la supervivencia de la población. Sin embargo, el nuevo paradigma de como poder ayudar al enfermo de cáncer, tanto durante el tratamiento como posteriormente, pasa por incluir la medicina integrativa.

La medicina integrativa engloba la medicina convencional y la medicina natural para poner a disposición del paciente todos los instrumentos posibles para su curación, y para contribuir a potenciar su calidad de vida durante los tratamientos.

Desde que el paciente es diagnosticado de cáncer, pasando por el tratamiento, e incluso, una vez concluido éste, aparecen en el paciente oncológico una serie de patologías colaterales y efectos secundarios indeseables que es muy importante tratar para que la calidad de vida de estos pacientes sea la mejor posible y nos ayude a vencer la enfermedad y restaurar la salud: ansiedad, estrés, fatiga, trastornos del sueño, dolor, neuropatía, sofocos, falta de apetito, náuseas, vómitos.

En muchas ocasiones estos efectos indeseables son tan acusados, que el paciente prefiere incluso morir que seguir viviendo, por ejemplo, con una enorme fatiga, les impiden llevar una vida medianamente normal, disfrutar de las pequeñas cosas de la vida, y lo que es peor, les afecta a sus esperanzas de éxito en su tratamiento del cáncer.

La Medicina Complementaria o Integrativa puede ayudar a aliviar algunos de estos efectos secundarios mediante la utilización de herramientas no convencionales, no invasivas, que han demostrado su seguridad, su tolerancia, su eficacia y su compatibilidad.
Este tipo de medicina integral atiende los aspectos globales del individuo: fisiológico, psicológico, nutricionales y sociales.
La Medicina integrativa permite abordar pacientes con enfermedades crónicas que hasta ese momento recibían un tratamiento meramente paliativo, en vez de curativo. El abordaje integral, combinando tratamientos convencionales con alternativas terapéuticas complementarias, potencia los resultados enormemente.

Esto se consigue porque se trata de una medicina orientada a la restitución de la salud, lo que supone un análisis global de las causas que originan una determinada patología. Este nuevo modelo de asistencia sanitaria brinda la posibilidad de reducir la medicación tradicional (antiinflamatorios, ansiolíticos...) al incorporar otro tipo de suplementación y técnicas suaves y compasivas con el cuerpo humano.

La Medicina Integrativa resalta el papel fundamental que ejerce la nutrición a la hora de producir mejoras en los pacientes a través de un programa nutricional individualizado y ajustado a su enfermedad.

La necesidad de que la medicina convencional abra sus puntos de mira y sea capaz de integrar las terapias naturales como tratamientos coadyuvantes a los oncológicos convencionales, ayudaría a pacientes del mundo entero a convivir con las enfermedades con una mayor calidad de vida. Esta necesidad se basa en el hecho de que la medicina convencional se basa en protocolos que no individualizan al paciente, se centra únicamente en "lo orgánico", sin tener en cuenta la multitud de factores que integran la existencia del ser humano.

"Muchas veces la muerte o el sufrimiento no está ocasionado por la misma enfermedad sino como consecuencia de los efectos colaterales de los tratamientos actuales para el cáncer"

Cada vez se reconoce más la influencia del diagnóstico del cáncer de mama en el equilibrio psicológico, emocional y espiritual, lo que lleva a la necesidad de tratar esta situación desde un enfoque integrativo. Hay estudios que reflejan que aproximadamente un 50% de mujeres recientemente diagnosticadas de cáncer de mama utilizaron medicinas complementarias, y la gran mayoría no lo comunican a sus oncólogos.
Entre los enfoques más populares se encuentran la dieta, la fitoterapia, la homeopatía, la medicina ortomolecular, la nutrición celular activa, los métodos espirituales/mentales y los físicos, pero también es cierto que estas se hacen combinadas con la terapia convencional, en particular la cirugía. Desde ese plano los pacientes van por delante de la práctica médica.
Un estudio sobre más de 2000 supervivientes de cáncer de mama en el Harvard Nurse's Cohort Study demostró que el 62% utilizó medicinas complementarias, con unos resultados de mejor calidad de vida. Especialmente cuando las pacientes eran más jóvenes. El uso del yoga fue la técnica que se asoció con unos índices de mejor calidad de vida.

Las pacientes que utilizan las modalidades integrativas suelen ser más jóvenes, bien informados, más preocupadas por los daños de las terapias clásicas. Pero la medicina integrativa es todavía extremadamente heterogénea y su utilización y sus técnicas deben también generar seguridad para los pacientes y ofrecer resultados estadísticos al modelo médico basado en la "medicina de la evidencia".

La salud no lo es todo, pero sin ella todo lo demás no es nada

Estamos en una fase de transición, caminamos hacia un nuevo paradigma que espero no se demore mucho, en beneficio de los pacientes.

Para el oncólogo argentino Cesar Edmundo Bertacchini ver el cáncer como un enemigo al que hay que atacar hasta destruir no es el enfoque adecuado. Explica que el cáncer es causado por células del propio cuerpo que se atrofian debido a factores a los que son expuestas a través de los estilos de vida, el ambiente y la alimentación, por lo que la mentalidad debe ser la de ayudarlas a rehabilitarse.

La doctora Inés Alfaro, sobreviviente de cáncer de seno hace 14 años, practica desde entonces la medicina integrativa, que consiste en sumar herramientas consideradas no convencionales al menú de estrategias preventivas, diagnósticas y de tratamiento, todo con el fin de proteger el cuerpo y/o ayudarlo a sanar. Esas herramientas incluyen educación, nutrición, psicoterapia, yoga e inmunoterapia, entre otras, aplicadas de manera individualizada según el resultado de diversos análisis que incluyen pruebas de estrés oxidativo, de inflamación celular, de metabolitos y otras.

Se trata de tu cuerpo, pórtate bien con él, su destino está en tus manos.

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