Comentario: Ahora el Brexit es culpa de Rusia. Y si mañana llueve, es culpa de Rusia. Esta narrativa se está volviendo cada vez más ridícula.
Anteriormente Damian Collins, presidente de la comisión del Parlamento británico para la Cultura, Medios de Comunicación y Deporte solicitó al fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, información sobre la actividad de los usuarios rusos durante el referéndum del Brexit y los comicios de 2017.
"Hemos recibido la carta de la comisión para la Cultura, Medios de Comunicación y Deporte y responderemos a la solicitud en cuanto podamos", dijo a Sputnik un representante de Facebook.
En la solicitud que fue remitida el 19 de octubre se destaca que un capítulo de la investigación se centrará en determinar la posible intromisión de ciudadanos extranjeros en las campañas electorales y los debates políticos.
En junio de 2016, un 53% de los ciudadanos británicos optó por la salida de la UE, nueve meses después el Brexit fue activado oficialmente.
La primera ministra Theresa May perdió la mayoría parlamentaria en las elecciones anticipadas del 8 de junio de 2017.
Los parlamentarios británicos llaman a Zuckerberg a aclarar qué tipo de publicidad, cuánto dinero pagaron los usuarios rusos por este servicio y cuántas personas visitaron estas páginas.
La semana pasada el legislador británico Ben Bradshaw instó al Parlamento y a la comisión electoral verificar la legalidad de los fondos destinados al referéndum sobre el Brexit.
Bradshaw explicó que este asunto merece la atención en el contexto de "la inquietud generalizada por una posible injerencia extranjera, en particular rusa, en los procesos democráticos occidentales".
Desde el Kremlin han calificado de absurdas las acusaciones sobre supuestos intentos de influir en las elecciones en diferentes países.
Comentario: Más que absurdas, son peligrosas. Este tipo de declaración puede llegar a crecer en una narrativa que justifique la pérdida de libertades por parte de los ciudadanos. Es fácil imaginar a los gobiernos occidentales justificándose diciendo que es por la libertad en Occidente que Rusia pudo influir en sus elecciones y, por ende, dichas libertades, deben ser canceladas.
Es todo en realidad un juego triste y patético con posibles consecuencias muy reales.