Hace tiempo os conté la historia de Federico y Noelia, padre y madre de un bebé nacido en Málaga (España) que estaba enfermo (padecía una encefalopatía) y falleció por los daños que probablemente le provocaron algunas vacunas. Tras años de estudio legal han interpuesto una demanda judicial a la Administración sanitaria de Andalucía por las múltiples irregularidades que se desarrollaron durante las inmunizaciones del pequeño.
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A Luca sus progenitores (los tres en la foto de la izquierda) le pusieron todas las dosis del calendario recomendado de vacunaciones de Andalucíay otras que les recomendaron fuera de calendario (hasta cuando comenzaron a aparecer los daños).

La familia pensaba que era lo mejor para el bebé, ponerle TODAS las vacunas que hay en el mercado:
Creíamos, supongo que como todos los padres y madres, que era lo que había que hacer, proteger la salud de nuestro bebé, que entonces estaba sano", explicaría con posterioridad Federico.
Las cosas no salieron bien y al poco tiempo a Luca los médicos le diagnosticaron una encefalopatía, efecto secundario que suelen producir las inmunizaciones.

La demanda que interpone hoy la familia se dirige al sistema de salud andaluz por mal funcionamiento de su servicio público de vacunación.

En el caso Luca demandamos (la familia ha confiado en la pericia del Bufete Almodóvar & Jara) la protección de los niños ante los errores o fallos, algunos de ellos sistemáticos, que están produciéndose en las diferentes vacunaciones en Andalucía y que, escrito sea de paso, son comunes a otras partes del país y del mundo.

Los médicos no revisan las historias clínicas ni exploran a los niños antes de proceder a ejecutar el calendario de vacunación. Las fichas técnicas de las vacunas (documentos oficiales que contienen toda la información sobre cada productos farmacéutico) indican que el médico debe revisar la historia clínica y explorar para ver posibles interacciones y contraindicaciones que puedan surgir.

Los doctores y doctoras no están formados en vacunas ni en la identificación de reacciones adversas. Demasiadas cosas se dan por supuesto.

No hay protocolos en Andalucía de información a los padres ante la vacunación. Tampoco se informa sobre los posibles acontecimientos adversos de las vacunas, ni como identificarlos en caso de que aparezcan. Estos por lo general se minimizan cuando no directamente se obvian. Y las vacunas, como todos los medicamentos, pueden ofrecer reacciones adversas. En el caso de estos productos, tan particulares, sus efectos secundarios suelen ser leves pero cuando se producen graves sus consecuencias suelen ser especialmente duras.

El calendario de inmunizaciones en Andalucía ha crecido enormemente en número de dosis pero no hay un solo estudio de seguridad sobre el número de dosis que se dan a los niños. ¿Es lo mismo introducir pocas vacunas y separadas en el tiempo que muchas juntas en un periodo breve de tiempo? No lo sabemos porque nadie lo ha estudiado. Yo cuando escribí el libro Vacunas, las justas, busqué ese tipo de trabajos y no los encontré (si alguien sabe de su existencia que nos lo haga saber).

Los niños y niñas pueden nacer con variabilidades genéticas que hacen que no eliminen los componentes de las vacunas. No hay ningún estudio de polimorfismos genéticos (características concretas de los individuos) que minimizarían el riesgo de eventos dañinos. Hoy se sabe que si se hiciera este estudio genómico previo a la vacunación se reduciría el riesgo de sufrir un acontecimiento adverso grave.

Si el bebé a vacunar no elimina bien los tóxicos se expone a un problema grande con el actual sistema de vacunación.

Los componentes de la vacuna por el mero hecho de ser desconocidos para nuestro organismo, como ocurre, insisto, con todos los fármacos, pueden provocar una reacción adversa. Los hay especialmente polémicos como el aluminio que se usa en estos productos farmacológicos para que la actividad inmunitaria se potencie.

La familia de Luca investigó tras su muerte los componentes de varias vacunas que le pusieron y descubrieron que ¡llevaban más aluminio que el anunciado en sus prospectos!

Otro aspecto denunciables que no se hacen entrevistas con los padres para ver si el niño o niña a vacunar tiene síntomas o "banderas rojas" de alerta antes de la vacunación o si la madre, por ejemplo, tiene un historial de consumo de medicamentos que pueden provocar mutaciones genéticas.

Esto es importante por lo que explico, que las vacunas llevan componentes, como el aluminio, con potencial riesgo para la salud en algunos niños. La Junta de Andalucíano ha realizado estudios al respecto.

Hay estudios que indican que las vacunas contienen más elementos que los declarados: más cantidad que la declarada o nanopartículas no declaradas con potencial de riesgo para la salud (por ejemplo, la vacuna del papiloma ha estado -desconozco la situación actual- contaminada con ADN viral.

Cada vez hay más niños con problemas del sistema nervioso (encefalopatías o hipotonías) y la Administración no está haciendo nada para estudiar lo que está ocurriendo.

Por no escribir, que en el acto de vacunación NO EXISTE el obligatorio consentimiento informado adecuado, real, actualizado y responsable, ni verbalmente ni por escrito.

La Administración, la andaluza y en general todas las demás, tan solo se ocupa de que haya altas tasas de vacunación y cuando hay acontecimientos adversos miran para otro lado.

Las productoras de vacunas no declaran los casos de muertes en sus prospectos y fichas técnicas. Podemos demostrar que los hay. Además, los estudios de las farmacéuticas tan solo se centran en analizar el beneficio y no el riesgo.

No estamos en contra de la vacunación. Sí estamos a favor de la información real. Estamos a favor de establecer protocolos de actuación. Que se forme a los médicos. Que los galenos y doctoras estén al tanto de la vacunación. Hoy en día, por lo general, no lo están. Tan solo se fijan si el niño está o no vacunado.

La salud de nuestros niños está en juego. Vacunas sí, las justas y necesarias y con controles y con formación y con información.

Si un niño sufre una reacción grave (acontecimiento adverso grave provocado por una vacuna o con potencial riesgo de que haya sido la vacuna el desencadenante) los padres y madres no pueden quedarse solos porque la Administración no les atiende.

Esta demanda que pone la familia trata de hacer Justicia y provocar una sentencia que ayude a dar un paso en positivo hacia la seguridad del sistema de vacunación en defensa de nuestros hijos, de nuestros niños.

Como concluye Noelia:
Creemos en la necesidad de luchar para que las vacunas que se oferten como necesarias sean eficaces y seguras. Existen motivos para revisar su relación entre los beneficios que puedan producir y los daños que puedan provocar. Que nadie más tenga que sufrir lo que hemos pasado".
Federico hoy es el presidente de la asociación Afectados por Vacunas y ofrece este correo afectados@afectadosxvacunas.org para que puedan contactar con él quienes atraviesan o han atravesado una situación parecida.