Aún sin olvidar el serio peligro que representó el ébola en su momento, un nuevo virus se ha convertido en la amenaza de la población africana, se trata del marburgvirus.
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Un reporte de la OMS indica que el virus de Marburg continúa desarrollándose en el distrito kween, en el este de Uganda.

Es un microorganismo que genera una enfermedad hemorrágica, la cual ha cobrado la vida de tres personas hasta el momento. El suceso ha generado un gran impacto en la comunidad local y científica.

El virus debe su nombre a la ciudad de Marburgo, donde fue aislado por primera vez hace 50 años, después de que infectara a más de veinte personas. Todos eran trabajadores de un laboratorio en el que analizaban riñones de monos verdes africanos importados desde Uganda.

Marburgo es el agente causal de la enfermedad por virus de Marburgo (EVM), cuya tasa de letalidad puede llegar hasta el 88 por ciento.

Luego que la EVM fue identificada ese año, tuvo brotes simultáneos en Uganda, en Frankfurt (Alemania) y en Belgrado (Serbia).

Este virus y el Ébola, son miembros de la familia Filoviridae (filovirus). Las dos enfermedades son similares desde el punto de vista clínico. Ambas son raras, pero pueden ocasionar brotes dramáticos con elevadas tasas de letalidad.

Transmisión

Inicialmente, la infección humana por EVM se debe a la exposición prolongada a minas o cuevas habitadas por colonias de murciélagos Rousettus. Entre humanos la transmisión se hace sobre todo de persona a persona por contacto directo.

Síntomas de la EVM

El periodo de incubación oscila entre 2 y 21 días.

La enfermedad empieza bruscamente, con fiebre elevada, cefalea intensa y gran malestar.

Al tercer día puede aparecer diarrea que dura quizás una semana. En esta fase los pacientes tienen un aspecto que se ha descrito como "de fantasmas", con hundimiento de los ojos, rostro inexpresivo y aletargamiento extremo.

Muchos pacientes tienen manifestaciones hemorrágicas graves entre los 5 y 7 días, y los casos mortales suelen presentar alguna forma de hemorragia, a menudo en múltiples órganos.

Según la OMS, todavía no hay tratamientos ni vacunas específicas para la EVM.