Cómo están las cosas en Estados Unidos (y cuando las barbas de tu vecino veas pelar pon las tuyas a remojar). Han empezado a administrar medicamentos "digitales" que revelan si te has tomado la pastilla o no. Y el proyecto piloto empieza por uno de los fármacos más polémicos por sus daños hoy, Abilify... A todo esto, Trump le ha propuesto el ministerio de Sanidad a un ex directivo de una de las grandes farmacéuticas.
azar
Nos lo cuenta El Confidencial:
La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) [agencia de medicamentos de USA] aprobó por primera vez este lunes una pastilla digital que permitirá a los facultativos saber si sus pacientes están tomando la medicación y cuándo lo hacen. Aunque todo apunta a que en los próximos años este avance se extenderá a otros sectores de la industria farmacéutica, por el momento las autoridades sanitarias solo han dado luz verde a su uso en un fármaco antipsicótico conocido como Abilify".
Dichas pastillas contarán con un sensor comestible que, cuando se tome, enviarán un mensaje a un parche y este a su vez transmitirá la información a una aplicación móvil. Los enfermos podrán dar acceso a los datos a sus médicos y a otras cuatro personas. Se supone que rastrear la ingestión de medicamentos recetados para enfermedades mentales puede ser útil para algunos pacientes.

Cabe preguntarse también dónde queda la libertad individual. Y si este tipo de desarrollos no están pensados para la mercantilización extrema de productos sanitarios.

La polémica está servida y las propias autoridades sanitarias estadounidenses reconocen que el sistema podría "fomentar la desconfianza" de los enfermos.

Psiquiatras como Peter Kramer, autor del libro Listening to Prozac, van un paso más allá, e insisten en el peligro que conlleva
empaquetar un medicamento con un 'espía'".
Algunas farmacéuticas ya han puesto el foco en las personas mayores, para las que esta tecnología podría resultar útil a la hora de recordarles los fármacos que deben tomar. Sólo que el principal problema hoy de las personas mayores (y de la población psiquiátrica y en general) es que están sobrediagnosticadas y sobremedicadas más que que no tomen su tratamiento. Lo primero que habría que hacer es combair la polimedicación de ese grupo de la población reduciendo radicalmente su medicación.

En el blog de la Sociedad Española de Farmacéuticos de Atención Primaria podemos encontrar la siguiente entrada:
Cada vez se van teniendo más datos sobre los efectos no deseados de la polimedicación en personas mayores. No es de extrañar, ya que sabemos que la polifarmacia acarrea una menor adherencia a los tratamientos, así como un incremento de la posibilidad de interacciones, de errores de medicación, de reacciones adversas y de ingresos hospitalarios. Pero, ¿la polimedicación también se asocia con un aumento de la mortalidad en ancianos? Parece que la respuesta es 'sí'".
Es decir, hay un problema con la enorme cantidad de medicamentos que toman nuestros ancianos; su ingesta correcta se reduce conforme aumenta la receta de tratamientos y estos en muchos casos son la causa de su muerte. ¿De verdad tras leer esto alguien cree que la tecnología de las píldoras digitales llega para cuidar a nuestros mayores?

No son sólo las pharmas, algunas aseguradoras ya están estudiando la posibilidad de dar incentivos a aquellos pacientes que opten por las pastillas digitales.

Desde luego si alguien quería buscar la polémica desde el principio sólo tenía que haber elegido como fármaco para este proyecto piloto Abilify, el antipsicótico de la multinacional Bristol-Myers Squibb (BMS), pertenece a uno de los grupos de medicamentos más "de moda" y se les está recetando a multitud de personas sanas con cualquier excusa.

Para ello no se escatiman recursos económicos (ni éticos) en la enorme campaña de marketing que tiene montada en USA (y en otros países).

Neurolépticos como Abilify, Zyprexa o Risperdal, entre otras marcas, son cada vez más prescritos a pesar de sus conocidos daños graves, como su asociación con la incidencia de infartos de corazón. Un estudio publicado en British Medical Journal (BMJ) cuestiona su eficacia. Antipsicóticos ¿baja eficacia, alta peligrosidad?

Pues sí y ahora a quienes se les receten pretenden tenerles controlados y yo me pregunto: ¿Para asegurarse que el mercado de este tipo de productos continúa viento en popa? ¿Para vigilar mejor las reacciones adversas que provocan? ¿Para que si fallece una persona por su ingesta se pueda asegurar esa relación de causalidad? (¿lo que tendría consecuencias legales, entre otras?)

-A pesar del uso continuado de antipsicóticos para el tratamiento de la agitación y la agresividad en las personas con demencia, hay pruebas limitadas de que produzcan un beneficio clínicamente significativo.

-Los daños potenciales del uso de antipsicóticos (incluyendo aumento de la mortalidad y eventos cerebrovasculares) son mayores que los beneficios.

En fin, ¿movimiento en favor de la salud pública o una vuelta de tuerca al enorme mercadeo que gobierna nuestra salud, en manos de empresas desaprensivas y gobiernos que les favorecen? Hay que saber que el próximo ministro de Sanidad de Estados Unidos puede ser un ex directivo de una de las grandes farmacéuticas.

En concreto, un tipo que ha estado la compañía El Lilly formando parte de su directiva, Alex Azar.

Esta farmacéutica es la productora del famoso Prozac y por poner un ejemplo de su compromiso con la salud pública hay que contar que su antidepresivo Cymbalta es más dañino de lo que la compañía ha hecho creer.

La farmacéutica encontró, gracias a los ensayos clínicos que hizo, graves reacciones adversas incluidas muertes pero esos datos no trascendieron. ¿Serán las píldoras de Lilly como Cymbalta las próximas en entrar en el programa de pastillas digitales?