La izquierda ha entendido que todo aquel que piense distinto, es sencillamente, destruible.
El ataque a José Antonio Kast y la pasividad de la Academia.
© TwitterEl ataque a José Antonio Kast y la pasividad de la Academia.

En un ambiente donde lo políticamente correcto predomina, parece ser oportuno que sean las universidades las que abrieran sus puertas para organizar el debate, el intercambio de ideas, el desafío del intelecto, pero en Chile al parecer eso es un deporte de alto riesgo.

José Antonio Kast es un político independiente identificado con las ideas de derecha conservadora en términos económicos y civiles. Sus posturas siempre acompañadas de un dominio de sí mismo que es casi irreplicable, pues jamás pierde su compostura y su sentido del diálogo. Con ideas claras, que sin duda algunas de ellas pueden ser debatidas con buenos argumentos tanto lógicos como emocionales, pero finalmente discutidas en paz y de manera civilizada pues el hombre que las promueve, junto con ello promueve la capacidad de sentarse a exponer cada uno de sus puntos de vista.

Su carácter imperturbable junto a sus controvertidas opiniones en este ambiente de corrección política, generan un rechazo y odio evidente en los sectores de izquierda que ven en él la antítesis de su revolución, la cual pretende imponer sus cánones de vida "liberal" a todos como si eso fuera más libertario que simplemente imponerles un sistema de vida "conservador".

Mal ha entendido la juventud izquierdista el concepto de la libertad, en la cual mientras no existan daños a terceros, cualquier persona es capaz de elegir por sí misma el camino a seguir y los recursos y metodología que empleará para alcanzar sus objetivos, eso incluye a personas que desean vivir un estilo de vida religioso conservador, liberales que buscan explorarlo todo, y todo el rango de personas que encontramos en medio de estos dos tipos sin siquiera poder clasificarlos como extremos pues mientras se ajusten al respeto de la libertad de otros, simplemente hacen ejercicio de la propia. La izquierda ha entendido que todo aquel que piense distinto, es sencillamente, destruible.

José Antonio Kast es indudablemente un político con ideas que muchos podrían considerar no aptas para tiempos modernos e incluso podrían criticarlo de ser demasiado enfático en como expone su visión del mundo, pero jamás podrían causarlo con argumentos reales de que incita a la violencia porque su discurso jamás ha buscado levantar a sus seguidores en armas.

Analicemos entonces su tan controvertido discurso que llevó a la Universidad de Concepción a cancelar su charla y los estudiantes de la Universidad Arturo Prat de Iquique a expulsarlo del recinto con agresiones físicas e insultos, todo dentro del marco ya de la violencia.

En el tema de educación, JAK (José Antonio Kast) propone que esta es un bien económico que cuesta dinero, tiempo, esfuerzo, por lo tanto y aunque lo paguen los contribuyentes y no los estudiantes, esta no es gratis, de este modo propone que no sea el Estado sino los mismos que la reciben los que paguen por ella.

Ya sea con créditos con aval del Estado como se hace hasta ahora, con becas obtenidas por excelencia, con rebaja de impuestos a empresarios que creen sistemas de financiamiento solidario para estudiantes y otras medidas, pero jamás con dinero fiscal, pues sería quitarle la prioridad a asuntos más urgentes y necesarios como la salud y la infraestructura que debe proveer el Estado para cooperar con el sector privado que son todas las personas que no participan del Estado, es decir, la mayoría.

En el tema del terrorismo en la Araucanía, JAK no tiene complejos al sugerir la militarización de la zona con el fin de proteger a los campesinos, agricultores y mismos indígenas que no participan de la violencia pero se ven afectados por ella. También propone que lo que debe hacer el Estado, que es impartir justicia, efectivamente lo haga con sanciones ejemplares a quienes destruyen el esfuerzo del prójimo e incluso sus vidas como fue el caso del asesinato de los Luchsinger Mackay, ya que a su juicio ninguna causa digna y justa en tiempos de paz incitaría a la violencia y si la causa es separatista y territorial entonces significa que ha declarado guerra al Estado chileno y como consecuencia la presencia militar es una obviedad y no tiene nada de represor.

En asuntos civiles JAK ha sido claro en que no apoya la unión marital de personas del mismo sexo y no cree que tengan los mismos derechos a formar familia como las uniones heterosexuales. Tampoco está a favor de una legislación que permita normar los asuntos de identidad de género así como también estuvo en contra de la ley de divorcio.

Sin embargo y aunque estas ideas sean debatibles, él ha sido claro en que si bien no haría nada para avanzar en estos temas, tampoco impediría el correcto desempeño del Congreso y respetaría republicanamente los resultados de lo que allí se construya. No estando de acuerdo, tampoco atentaría contra el proyecto personal de nadie.

Controvertido por su respaldo a los avances económicos generados durante el gobierno militar y por no tener complejos con la idea de la propiedad privada, hacen de él un blanco que la izquierda fácilmente puede odiar, cosificar tildando de nazi, represor, fascista, por lo tanto ya no tiene cualidades humanas sino de monstruo y así se hace más fácil la tarea de llegar a la violencia física.

Así lo hicieron los verdaderos nazis que cosificaron al otro que querían destruir para que fuera más sencillo hacerlo.

Se parecen mucho a la izquierda imperante en Chile que para poder destruir lo que odia sin complejo de violencia y justificando la misma como lo hace por ejemplo el Frente Amplio, le asigna sus propias cualidades al objeto de su odio para no sentir culpa por pisotear su libertad, después de todo es más fácil agredir a un monstruo que a un prójimo.

Ese típico doble estándar de la izquierda seguirá creciendo mientras los que debieran ser los mejores espacios de libertad y emblemas de la búsqueda de la verdad como lo son las universidades, por miedo a ser considerados monstruos, sigan observando estos eventos con tan increíble pasividad.