Al menos diez personas han muerto y centenares han sido desplazadas por una inundación provocada por el deshielo de varios glaciares sobre un lago en la provincia de Panjshir, en el norte de Afganistán, informaron hoy a Efe fuentes oficiales.
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"Nuestras informaciones iniciales muestran que diez personas, entre las que se encuentran varias mujeres, han muerto, aunque el número podría aumentar en las próximas horas", afirmó el portavoz del gobernador provincial, Abgdul Wadoud Alimardan.


Según Alimardan, el desastre natural ocurrió de madrugada, cuando las elevadas temperaturas provocaron el deshielo de varios glaciares, que se precipitaron sobre un lago situado el distrito de Khenj y causaron avalanchas e inundaciones valle abajo.
"Centenares de casas, tiendas y centenares de hectáreas de tierra cultivable también han sido destruidas por la inundación", añadió Almardan.
El portavoz afirmó que centenares de residentes del valle pudieron huir de sus casas a tiempo y refugiarse en zonas elevadas durante la noche tras ser alertados por el ruido inusual del río.
"Si los vecinos no hubiesen huido de sus casas a zonas seguras, la tragedia podría haber sido más mortal", dijo.
Alimardan explicó que la inundación también destruyó algunas partes de la carretera que conecta la provincia de Panjshir con Kabul, por lo que el Gobierno ha enviado maquinaria para reabrir la ruta.

El portavoz de la Autoridad afgana de Gestión de Desastres, Hashmat Khan Bahaduri, aseguró a Efe que el Gobierno ha utilizado helicópteros para transportar a varios equipos de rescate a la zona.

Bahaduri añadió que más de 250 casas fueron destruidas por la inundación, aunque todavía es pronto para tener una evaluación completa de los daños.

En Afganistán, las inundaciones y las avalanchas son frecuentes, especialmente a causa de las fuertes precipitaciones durante el periodo del monzón entre junio y septiembre, y dejan cada año importantes daños personas y materiales.

El país vivió en 2014 uno de sus peores desastres naturales, cuando un corrimiento de tierras, provocado por la lluvia, causó la muerte de más de 2.000 personas en el noreste de Afganistán, una zona remota castigada por desastres naturales y carente de las infraestructuras necesarias.