
Los científicos de la Cassini notaron por primera vez ondas espirales en una franja de 2.000 kilómetros de ancho del anillo D de Saturno, el más cercano al planeta, en 2005. En 2009, los astrónomos identificaron ondulaciones más extensas que cubren todo el anillo C, de 17.000 kilómetros de ancho, y comenzaron a buscar pistas de su origen.
Comparando los datos obtenidos en 2005 con los reunidos en 2009, un equipo formado por especialistas de la Universidad de Cornell y el Instituto SETI, ambas instituciones en Estados Unidos, ha conseguido describir cómo cambiaron las ondas.
Matt Hedman, Joseph A. Burns y sus colegas han llegado a la conclusión de que la rara ondulación descubierta se podría explicar si todo el anillo se hubiera inclinado en algún momento del pasado, concretamente, según sus cálculos, en el invierno de 1983.
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