Nuestro único satélite natural se hizo con un nuevo cráter. Al menos a eso apuntan los resultados del análisis de un impacto cósmico realizado por un equipo de científicos desde España.

Un meteorito impactó la Luna y dejó un cráter de 15 metros
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En la noche del 20 al 21 de enero, la Luna se deslizó lentamente a través de la sombra de la Tierra, mostrando a las personas de América del Norte un eclipse lunar total. Para los pocos afortunados que estaban observando el fenómeno ocurrió otro evento que rara vez se puede observar a simple vista: un meteorito brillante se estrelló contra la Luna.

El momento del impacto fue capturado por el Sistema de Detección y Análisis de Impactos Lunares (MIDAS, por sus siglas en inglés), un grupo de telescopios de diferentes longitudes de onda ubicados en Sevilla, España. Después de varios meses de análisis, el equipo de científicos dice tener información sobre el fenómeno, incluido el tamaño de la roca, la velocidad a la que golpeó y el tamaño del cráter que dejó.


En el estudio publicado en la gaceta de la Real Sociedad Astronómica, los astrónomos revelan que el objeto impactante pesaba aproximadamente 45 kilogramos y medía entre 30 y 60 centímetros. Chocó con la superficie lunar a una velocidad de 61.000 km/h lo que sería suficiente para darle la vuelta al mundo en menos de un segundo.

La potencia del impacto equivale a la producida por 1,5 toneladas de TNT, creando un cráter que los investigadores estiman que podría tener hasta 15 metros de ancho. Y se cree que los residuos que fueron expulsados ​​alcanzaron una temperatura máxima de 5.400 grados centígrados, que es aproximadamente la misma que la superficie del Sol.
"Un objeto de este tamaño, si llegara a la atmósfera de la Tierra, se destruiría completamente. Sería un meteoro brillante, probablemente uno que llamamos una bola de fuego, pero ciertamente no llegaría al suelo intacto. Pero en la Luna, permanece como una sola pieza", explica Robert Massey, director ejecutivo adjunto de la Real Sociedad Astronómica en Londres.
Esto se debe a que, a diferencia de la Tierra, la Luna prácticamente no tiene atmósfera, lo que causaría que los escombros rocosos entrantes se quemasen por completo.

Los científicos explican que el conocimiento sobre los impactos lunares podría ayudar a las futuras misiones lunares.