Aitor Guisasola ha fundado un movimiento online que cuenta con miles de seguidores para convencer a la ciudadanía de no acudir a las urnas.
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La abstención es el enemigo de todo político y la llamada a acudir a votar para lograr un cambio en uno u otro sentido, la máxima de todo líder que aspire a llegar al poder. Sin embargo, parece que dichas proclamas cargadas de promesas incumplidas en la mayoría de los casos, han colmado el vaso de unos ciudadanos hartos de ir cada dos por tres a las urnas. El próximo 10 de noviembre y por cuarta vez en cuatro años, los españoles regresaremos a los colegios electorales para elegir a unos candidatos que no parecen dispuestos a entenderse.
Y así, en medio de este hartazgo son cada vez más los que piensan en la abstención como herramienta de crítica a un sistema que parece enquistado. Al frente de este «lobby» abstencionista está el abogado Aitor Guisasola quien hace un año meses fundó un movimiento en la red que en los últimos meses se ha convertido en todo un fenómeno. Su canal de YouTube cuenta ya con 51.000 suscriptores y suma 400 nuevos cada día, un éxito que le ha llevado a levantar una asociación en pro de la abstención generalizada.
«Todo nació a raíz de mi cuenta de YouTube ''
Un abogado contra la demagogia'', donde subía vídeos explicando la situación política actual, analizando la realidad y la falta de democracia en la que nos encontramos. Como tenía tan buena aceptación fundé hace seis meses ''El Movimiento de regeneración política en España (MRPE)'' y propuse asociarse a la gente que me seguía en las redes. Ya sumamos más de 1.000 personas de toda España. Cada uno contribuye con la cuota que estima oportuna para poder seguir expandiéndonos y llegar a más sitios», asegura este reputado abogado vasco que dirige uno de los bufetes más famosos de Getxo, Vizcaya.
El mantra de su movimiento se basa en que ejercer el voto con el actual sistema electoral no vale para nada. «Siempre ha sido lo mismo: PSOE o PP, ni siquiera los nuevos partidos han servido para que esto cambiara. No es algo que yo me invente, es lo que hemos vivido en los 40 años de democracia, es objetivo, empírico. Lo único diferente es que ahora hay nuevos parásitos. Fíjate en la Comunidad de Madrid, como tienen que pactar con Ciudadanos se han visto obligados a pasar de nueve consejerías a 13. Lo que han traído las fuerzas emergentes son más parásitos y más dinero de todos para pagarles», analiza.
Huir de la confrontaciónComo canalizador de la indignación generalizada en nuestro país, el jurista quiere implementar una hoja de ruta que ya ha plasmado en el libro «La falta de democracia y las leyes de género», y que se centra en la modificación de la Ley Orgánica del Régimen Electoral General de 1985. «Sé que es algo muy complejo», reconoce, pero apunta alto: «Con ello les quitaríamos a los políticos el monopolio de nuestra democracia y la convertiríamos en algo real, con unos diputados que se deban a los ciudadanos y que den explicaciones por ello. Se debería revocar su mandato si no cumplen con su palabra y que cada dos meses acudieran a su circunscripción a rendir cuentas ante sus votantes», argumenta. En resumen, acabar con las listas cerradas de los partidos y que se elija a candidatos concretos.
Esta serie de medidas acabarían con el sistema electoral tal y como lo concebimos desde la Transición. «Deberíamos tomar nota de ciertos aspectos del sistema electoral de Suiza o Reino Unido, mirar más allá», añade. En su manifiesto fundacional, el movimiento subraya que partidos políticos «solo buscan confrontarnos a los ciudadanos. Ése es su modo de lograr votos y con ello, escaños y puestos políticos. Para ello usan las ideologías, los de derechas nos enfrentan a los ''progres''. Los de izquierdas nos enfrentan a los ''fachas''», dice. Para conseguir este cambio, desde el MRPE proponen una abstención masiva, pero ¿qué ocurriría si nadie votara el 10-N? «Lamentablemente eso no va a ocurrir porque este sistema tiene un clientelismo bárbaro, nuestro planteamiento es sensato y sabemos hasta dónde podemos llegar, es una forma de protesta», reivindica. ¿Y el voto en blanco? «Ese es el engaño también de nuestro sistema, porque un voto en blanco cuenta como participación y es en lo que luego se basan los partidos para hablar del éxito de nuestra democracia. Fíjate, lo que une a todas las formaciones, de Vox a Podemos, es la insistencia en que votemos, el dato de participación es lo relevante, una abstención masiva sería un desastre para todos los partidos», justifica.
El hartazgo social y la desafección ciudadana con la política no solo confluye en el Movimiento de Guisasola, sino que numerosos anónimos animan a no votar a través de hashtags como #yonovoto, #abstención y #abstencionactiva. Si nos fijamos en los datos de participación en los 13 comicios que ha celebrado España tras la dictadura, fue tras la repetición electoral de 2016 donde la abstención alcanzó el dato histórico más bajo, con un 34%. Es más, de los comicios de diciembre de 2015 a abril del año siguiente, la participación pasó del 73,2% al 69%. Contracorriente nada el último CIS de Tezanos que pronosticó esta semana que, pese a la enésima repetición electoral, la participación será de un 78,8%.
El sistema se desmoronaEl abogado vizcaíno sabe que su objetivo es complicado de conseguir, «pero a paciencia me ganan pocos», reconoce. Él, a sus 50 años, tan solo ha votado en un par de ocasiones. De hecho, la última fue cuando Ciudadanos dio su salto a la política nacional. «Parecía que algo iba a cambiar y les voté con la nariz tapada, pero tardaron en decepcionarme cero coma», dice entre risas. Tras el éxito en las redes y la consecuente formación de la plataforma ahora se centra en conseguir «delegados» en las principales ciudades de España. Ya ha estado en Madrid y Barcelona y este fin de semana aterriza en Zaragoza. «Si se moviliza a una masa crítica de la sociedad, sí que pueden cambiarse cosas y el sistema se desmoronaría si hay elevada abstención, pero hay que argumentarlo bien, con buenas ideas y conceptos claros», asevera. Lo que tiene claro, pese a su éxito, es que él no quiere meterse en política, «estoy tan feliz viviendo en la montaña, no me iría a Madrid ni loco», concluye.
Lo cierto es que los ciudadanos aún estamos muy lejos de saber lo que es una verdadera democracia donde se defiendan con eficacia los derechos humanos: los demócratas de EEUU se pasaron por el forro los derechos humanos en Vietnam y más recientemente en Guantánamo. A los demócratas americanos los lobbys de las farmacéuticas y los políticos republicanos los han convencido de que la seguridad social universal es un invento del maligno. Los EEUU son la prueba evidente de que para quien se gobierna, o quienes gobiernan son las oligarquías financieras. La democracia norteamericana, demostrado ha quedado en la historia, no nos sirve como ejemplo de democracias efectivas solidarias y humanas.
Los acólitos de García-Trevijano defienden con cierta vehemencia y poca eficacia las abstención electoral. Según ellos, una alta abstención producidiría una flagrante desligitimación del Régimen del 78, entonces vendrían los del Movimiento de Ciudadanos hacia la República Constitucional liderados por el caudillo García-Trevijano -líder de lo que parece más bien una secta- y tras un proceso constituyente, crearían para todos lo españoles una verdadera democracia. ¡Todo un héroe!
El corrupto Régimen del 78, está desligitimado -en mi opinión- desde mucho antes de su creación, concretamente desde que un sanguinario dictador nombrase al rey Juan Carlos I como su sucesor, saltándose así, primero la voluntad popular -no hubieron elecciones libres para elegir modelo de régimen [monarquía o república]-, y después el orden dinástico -quien tenía que haber reinado fue Juan de Borbón- . Aún así nos quieren convencer de que vivimos en una verdadera democracia.
Esta deficiente democracia en la que estamos establecidos, jamás se desligitimará mediante la abstención. Si se piensa que desde dentro es imposible cambiarlo, las pruebas nos dan fe que desde fuera es harto difícil, por no decir imposible.
...porque sin estar corrompido no se entra en este estado.
Y esa corrupción de estado solamente se puede eliminar desde fuera.
— A. García-Trevijano (@gtrevijano) 20 de abril de 2017
Estos son los datos del porcentaje abstencionista en las elecciones generales durante todo el Régimen del 78, incluimos elecciones del 77:
1977 ..... 32%
1979 ..... 33%
1982 ..... 20%
1986 ..... 29%
1989 ..... 30%
1993 ..... 24%
1996 ..... 23%
2000 ..... 31%
2004 ..... 24%
2008 ...... 26%
2011 ...... 31%
2015 ...... 30%
2016 ...... 33%
Los datos dejan poco lugar para pensar que una alta abstención acabará con este Régimen monárquico y constitucional. Por todo ello, seguir los designios abstencionistas de García-Trevijano es una tremenda insensatez: si me dieran a elegir entre Rajoy y Le Pen, el que esto escribe adoptaría por inclinarse por el mal menor, si Rajoy es nefasto, que decir de la extremísima derecha de corte neofascista que no sepamos ya. Si a los del voto útil nos llaman tontos, ¿entonces como debemos definir a los del voto inútil?
Antonio García-Trevijano, miente, dice medias verdades, engaña a todo el mundo que decide prestarle su confianza, Para García-Trevijano su movimiento político ((MCRC) , no es otra cosa que un juguete que usa como venganza contra el Régimen del 78 por haberse quedado fuera del pastel. García-Trevijano es el líder, de lo que parece más bien una secta, no es otra cosa que un anti izquierdista frustrado, que se divierte usando su furiosa intelectualidad -furiosa y muchas veces grosera-, contra todo aquello que pueda oler a izquierda.
Sin desearle ningún mal a este "sabio" republicano -la verdad solo la tiene él-, y sabiendo que sus prédicas son ignoradas por ese 70% de españoles que acuden a votar en las elecciones generales, un servidor seguirá decantándose por el pragmatismo para echar a Rajoy de la Moncloa.
Razón tiene García-Trevijano al catalogar el actual sistema político español como corrupto. El Jueves, como siempre, acertando con sus agresivas y divertidas portadas:
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