Como si algo faltara en 2020, "Paulette" se convirtió en la primera tormenta tropical "zombi", un fenómeno que podría ser cada vez más común. Metro investiga.
tormenta tropical
La tormenta tropical Paulette, que golpeó a las Bermudas como un huracán de categoría 1 el pasado 15 de septiembre, recobró fuerza y se convirtió en la primera "tormenta tropical zombi", como la llamó el Servicio Meteorológico Nacional de Estados Unidos (NSW) en Twitter.

"Las tormentas pueden recuperar fuerza después de impactar pequeñas áreas de tierra porque se encuentran en su mayoría sobre el océano abierto, donde hay poca fricción para frenarlas, y si las temperaturas de la superficie del mar (TSM) son lo suficientemente cálidas pueden obtener más potencia para energizar la tormenta", explica a Metro Mark Bourassa, actualmente miembro de la facultad del Departamento de Ciencias de la Tierra, el Océano y la Atmósfera de la Universidad del Estado de Florida.
"Cuando las tormentas tocan tierra en grandes masas de tierra, a veces pueden apretarse en la estructura, pero muy raramente aumentan la velocidad del viento a menos que vuelvan al mar. Ese aumento puede ocurrir si hay una fuerte interacción con un frente, o si hay una topografía sustancial para canalizar los vientos", añade el profesor Bourassa.
Paulette fue el primer huracán que golpeó el territorio de las Bermudas desde Gonzalo en 2014. El hecho de que haya aumentado su fuerza después de golpear las Bermudas ha sido considerado como una causa del calentamiento global y el cambio climático.
"Podemos especular sobre los impactos del cambio climático, pero no es práctico verificarlos con observaciones porque los ciclones tropicales son muy raros", explica el profesor Bourassa. "Sabemos que el período de tiempo de las TSM cálidas es un poco más largo debido al cambio climático, y las temperaturas de la superficie del mar son un poco más cálidas, pero podría haber otras cosas que son igual de importantes, como los cambios en la cizalla vertical del viento (la diferencia de viento a dos alturas). Actualmente estamos en una fase activa de actividad multidecadal en el Atlántico Norte, por lo que se espera que al menos parte de la actividad observada que vemos hoy en día se produzca incluso sin el calentamiento global. Cuánto se debe a este ciclo, y cuánto se debe al calentamiento global es muy difícil de evaluar sin usar modelos y muchas consideraciones", dice Bourassa.
Sin embargo, para el experto, habrá tormentas cada vez más fuertes. "En ausencia de otros cambios que no sean las TSM, podemos esperar una temporada ligeramente más larga con las tormentas más intensas siendo más fuertes. Sin embargo, es probable que los patrones de viento atmosférico también cambien. Como una de las muchas personas que viven en el camino de tales tormentas y los impactos de la lluvia de muchos otros ciclones tropicales, es algo que creo que es una cuestión importante. Responder a esta pregunta requerirá presumiblemente la misma investigación que se necesitará para mejorar los pronósticos de intensidad, por lo que hay mucho valor en tales respuestas", concluye Mark Bourassa.