Imagen
La Unión Europea sometió a noventa entidades financieras a un test para analizar cómo responderían frente a un agravamiento de la crisis. Ocho no lo pasaron y deberán capitalizarse y otros quince quedaron al límite.

La Autoridad Bancaria Europea (ABE) publicó ayer los resultados de los tests de solvencia que realizó sobre 90 entidades financieras de la región. El resultado fue que ocho bancos, cinco de ellos españoles, suspendieron las pruebas porque no lograron superar el límite de 5 por ciento de participación de recursos propios de calidad para responder en el caso de un escenario económico adverso. Otros 15 bancos quedaron en el límite de no pasar el test, con entre 5 y 6 por ciento. El Banco Central Europeo (BCE) se manifestó conforme con los resultados e instó a los gobiernos de los países de las ocho entidades suspendidas de las pruebas - España, Grecia y Austria - a adoptar medidas que favorezcan la capitalización del sistema.

El objetivo de estos test, ideados para dar confianza a los mercados tras el desplome del sistema financiero mundial en 2008, es evaluar la capacidad que tienen los bancos para afrontar un escenario negativo, incluida una crisis de su deuda soberana y un shock en las tasas de interés. En la ronda final de pruebas la autoridad europea sometió a 90 entidades de 21 países de la región, que representan un 65 por ciento de los activos financieros de la zona.

El test consiste en contrastar cómo responderían los bancos frente a un escenario hipotético de caída del PIB de toda la Unión Europea de 0,4 por ciento en 2011 y crecimiento cero en 2012, con una tasa de desempleo de 10 por ciento este año y del 10,5 por ciento el próximo. Cinco entidades españolas, dos griegas y una austríaca no obtuvieron el mínimo de 5 por ciento de ratio de capital para pasar el test. Ninguno de ellos tiene operaciones en la Argentina.

España también sumaba la mayor cantidad de instituciones en examen: siete bancos, diez fusiones o alianzas de cajas y ocho cajas independientes. Le siguieron Alemania, con doce bancos en análisis; Grecia, con seis; Italia, con cinco, y Dinamarca, Francia, Holanda, Portugal, Suecia y el Reino Unido, con cuatro. Irlanda, que el año pasado tuvo dos, fueron ahora tres, igual que Austria. Con dos entidades figuran Bélgica, Chipre y Eslovenia, mientras que Finlandia, Hungría, Luxemburgo, Noruega, Polonia y Malta tuvieron sólo una.

"El resultado de los test refleja los esfuerzos hechos por instituciones individuales y las autoridades de supervisión nacional para fortalecer los balances generales de los bancos, pero se necesitan más", explicó el Fondo Monetario Internacional en un comunicado firmado por José Viñals, director del Departamento de Mercados Monetario y de Capital del organismo. El funcionario consideró que, "a la luz de la actual agitación, el Fondo enfatiza la importancia de un mayor fortalecimiento de los colchones financieros" de las entidades bancarias. De todos modos, el FMI recomendó que se "tomen medidas para encarar las debilidades detectadas", tanto en los que no aprobaron los test como "en aquellos que aprobaron por estrecho margen".

La Asociación de la Banca Privada de Alemania expresó su preocupación ante una publicación detallada y un tratamiento inadecuado de los resultados de las pruebas de resistencia realizadas a entidades financieras europeas. "Tendría sentido que la Autoridad Bancaria hablara con cada uno de los bancos sobre los resultados de las pruebas de resistencia y que no fuera tratado en el mercado abierto", señaló el director ejecutivo de la banca privada, Michael Kemmer. "Es algo que consideramos poco afortunado", agregó. En cambio, el FMI consideró que "la divulgación de información detallada, que acompaña los resultados de las pruebas de resistencia, permitirá a los mercados formarse una idea más ponderada de la salud de los bancos".

Las agencia de calificación Moody's ensombreció más el panorama. La calificadora degradó la nota de las emisiones de cuatro bancos portugueses, de los cuales a tres los puso a nivel de "bono basura", a pesar de que superaron las pruebas de estrés. El Banco Espirito Santo, el Banco Comercial Portugués y la estatal Caixa General de Depósitos fueron los más perjudicados. El Banco Portugués de Inversiones se mantuvo un escalón por encima de los otros.

La evaluación del sector financiero se produce en un contexto cada vez más difícil. De hecho, distintos gobiernos de la Unión Europea ya dejaron de calificar como imposible un eventual default de la deuda griega, y ahora no descartan esa posibilidad.