El juez Ill., James Shapiro del condado de Cook (Illinois) ha restablecido el derecho de Rebecca Firlit a ver a su hijo de 11 años después de haberle revocado el privilegio hasta que se vacunara contra el coronavirus.
El lunes, sin embargo, el juez revocó su orden anterior que prohibía a Firlit ver a su hijo, según el Sun-Times.
"Este tribunal ANULA el párrafo 3 de su orden del 11 de agosto de 2021 en base a la ausencia de un alegato o una audiencia sobre el peligro grave", según se informa en la orden de Shapiro.
El documento judicial no reveló ninguna información adicional sobre los motivos por los que Shapiro decidió revocar su decisión.
Firlit declaró el lunes al Sun-Times que está "muy contenta" por la revocación.
"Estoy extremadamente feliz, voy a ver a mi hijo ahora mismo", dijo, y añadió: "Sé que van a decir que soy un peligro para mi hijo. Esto no ha terminado para mí".
Su abogada, Annette Fernholz, dijo previamente a Fox 32 Chicago que la decisión inicial de Shapiro sobrepasó su autoridad.
"En este caso tienes a un juez, sin ningún asunto ante él respecto al tiempo de crianza con el niño decidiendo 'Oh, no estás vacunado. No puedes ver a tu hijo hasta que estés vacunado'. Eso excede su jurisdicción", dijo.
Jeffrey Leving, abogado del ex marido de Firlit, dijo que la decisión de Shapiro era "desafortunada" y prometió continuar la lucha legal. "Estoy trabajando en una moción de emergencia ahora mismo para luchar contra ella", dijo el lunes, según el Sun-Times.
Al parecer, Shapiro ha sacado a relucir el estado de vacunación de los individuos en otros casos de manutención de niños, según el Sun-Times.
Los jueces de Ohio han ordenado recientemente que los individuos se vacunen como parte de su libertad condicional, según The New York Times, y los jueces de Georgia han reducido las sentencias de los delincuentes que se vacunaron, informó WSB-TV 2 Atlanta.
Es difícil decirlo, pero se me ocurre que, al aterrador ritmo (es posible que sea cierto el número de una persona de cada 50 , quizá incluso más frecuente) que van las reacciones adversas, podría haber empezado a ver morir a algún allegado, y quedarse tullidos a muchos, y eso le haya hecho cambiar su percepción acerca de la bondad de las mal llamadas vacunas.
Cabe esperar que esta misma situación vaya a más, por eso defiendo que las denuncias son, al menos por ahora, uno de los caminos que debemos seguir, para así permitir que los jueces y abogados (quienes al fin y al cabo también están muriendo por los pinchazos) nos ayuden.