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El bloqueo político sobre el alza del tope de la deuda pública estadounidense trasciende hoy las fronteras del país y provoca advertencias y temores por lo que eso puede acarrear.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió el lunes en su informe anual que la economía estadounidense corría el riesgo de sufrir un fuerte impacto si el Congreso no actúa a tiempo.

Mientras, el ministro de Hacienda de Brasil, Guido Mantega, dijo en un evento en Sao Paulo, que el estancamiento en las negociaciones para elevar el tope de la deuda de Estados Unidos podría llevar al mundo a una situación crítica.

Desde Hong Kong, la secretaria de Estado, Hillary Clinton, intentó calmar a los que ven con temor la situación.

Tengo confianza en que el Congreso hará lo que hay que hacer, y llegará a un acuerdo sobre el techo de la deuda y trabajará con el presidente Obama en medidas que mejoren nuestras perspectivas presupuestarias a largo plazo, señaló la jefe de la diplomacia estadounidense.

Lo cierto es que tras un largo fin de semana de intercambios no termina de ver la luz un acuerdo para autorizar una elevación del techo de la deuda, estimada en 14,3 billones de dólares, y evitar una cesación de pagos antes del 2 de agosto.

Al respecto, el presidente Obama y los más altos funcionarios de su administración, el líder republicano en la Cámara de Representantes, John Boehner, y otros dirigentes estadounidenses expresaron su esperanza en que se evitará el default, aún nadie se atreve a predecir cuándo.

Tras el fracaso de sus aproximaciones el fin de semana, los informes sobre planes y contraplanes republicanos y demócratas llenan los principales espacios noticiosos del país.

Según trascendió, el líder de la mayoría en el Senado, el demócrata, Harry Reid, prepara un plan con un aumento del techo de la deuda de 2,7 billones de dólares, mientras Boehner perfilaba una iniciativa con recortes presupuestarios de billones de dólares y un alza del endeudamiento en dos etapas.

El ambiente estuvo matizado este lunes por informes sobre las repercusiones de la crisis en la agenda de Obama y la posposición de actos de sus campaña reeleccionista y de recaudación de fondos.

Incluso algunos medios plantean que la crisis le "aguará" la fiesta de cumpleaños a Obama, quien el 4 de agosto arriba a su 50 aniversario de vida.

Esto sin contar que el gobernante suspendió actividades previstas en California y Seattle, pospuso un evento de recaudación en Nueva York, entre otras.