Desde principios de agosto, habitantes de la ciudad de Karachi han estado protestando y provocando destrozos en las oficinas de la empresa energética K-Electric. Incluso han quemado sus facturas debido a los altos precios de la electricidad, reporta el periódico Dawn. Detrás hay ciudadanos enfurecidos por los largos apagones y las facturas infladas.
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El jueves, habitantes de uno de los suburbios de Karachi irrumpieron en la oficina local de la compañía de energía y la saquearon hasta la llegada de la Policía. "Nuestras oficinas orientadas al cliente sufrieron daños graves y nuestros empleados fueron torturados", informa K-Electric, que promete tomar medidas drásticas contra los ataques violentos.