Traducido por el equipo de Sott.net

El bloque tendrá que seguir importando gas de Rusia o reducir su consumo, según la consultora Yakov & Partners.
Car in Winter
© Getty Images / Andrew Bret Wallis
Reducir la dependencia del suministro de gas natural ruso es imposible para la Unión Europea en el próximo año si no se produce un paro masivo de la producción, informó el lunes el diario económico RBK, citando un estudio de la antigua división rusa de McKinsey, la consultora Yakov & Partners.

Su investigación demostró que, a pesar de los informes de que los almacenes de la UE están llenos, el bloque no ha superado aún su dependencia de la energía rusa y no podrá pasar el próximo invierno y el año que viene "sin mantener el suministro de gas desde Rusia o sin [efectuar] una reducción significativa" del consumo.

El informe señala que, para satisfacer sus necesidades hasta finales de 2022, los países europeos tendrán que mantener las importaciones desde Rusia o reducir el consumo de gas entre 7.000 y 12.000 millones de metros cúbicos más, "lo que sólo es posible con el cierre total o parcial de una serie de industrias". El déficit puede aumentar a 20-30.000 millones de metros cúbicos si la demanda china de GNL se recupera o si el invierno es frío y largo, o en caso de interrupción de las cadenas de suministro, añade.

Yakov & Partners indicó que ya se ha detenido el 70% de las capacidades de producción de fertilizantes nitrogenados en la UE, la producción de aluminio se ha reducido en un 25% y la de acero en un 5%. Los autores del estudio sugieren que es probable que el descenso de la producción continúe "incluso en caso de un invierno suave".
"En la perspectiva de 2023, el rechazo del gas ruso supone un déficit de 40.000 a 60.000 millones de metros cúbicos para los países europeos, incluso manteniendo el ritmo actual de ahorro de gas para todo el año 2023", dijo Elena Kuznetsova, socia de la empresa.
Explicó que 60.000 millones de metros cúbicos de gas son comparables al consumo anual de gas de Francia y Polonia juntos, o al consumo anual total de gas de industrias como la producción de fertilizantes, la petroquímica, la metalurgia ferrosa y no ferrosa y toda la ingeniería. La paralización de estas industrias afectará a otras relacionadas, desde la agricultura hasta los servicios, advirtió Kuznetsova.