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Un portal ruso dedicado a la búsqueda y a las ofertas de empleo realizó una encuesta cuyos resultados muestran que casi la mitad de los directores son 'vampiros psicológicos'.

En general, las 'sanguijuelas energéticas' se esconden bajo la apariencia de jefes (45%) o compañeros de trabajo (61%). Según los empleados de las 500 empresas, los vampiros transmiten a otros emociones negativas (68%), se burlan y son mordaces por puro placer (32%), discuten y provocan escándalos (30%) e incluso llegan a hacer llorar a otros miembros del personal (23%).

Algunos empleados hasta declararon que los vampiros psicológicos provocan fenómenos sobrenaturales en las oficinas. Por ejemplo, que el frío se apodere repentinamente de una estancia o que se rompan o se abran ventanas. Pero los empleados afirman que conocen los métodos para ahuyentar a este tipo de compañeros: un tercio de los encuestados trata de evitar el contacto con ellos, otros optan por comportarse de una manera similar, pensar en cosas positivas o bien recurren a amuletos y talismanes. Un 40% de los encuestados creen que el 'vampirismo' les ayuda a progresar en su carrera.

Pero los 'vampiros' energéticos no son el único fenómeno singular de las oficinas rusas. Casi una cuarta parte de los rusos le 'levantaron la mano' a sus colegas. La gran mayoría de los combatientes no se arrepiente de sus acciones. El 64% de los encuestados alcanzan en el trabajo el estado anímico adecuado para pelearse en algunas ocasiones, al 43% le gustaría golpear a un colega, al 37% a su jefe y al 11% a sus subordinados. Los motivos principales son la estupidez de los demás y las relaciones injustas.

Los hombres son más propensos que las mujeres a manifestar físicamente la agresividad contra sus compañeros. La profesión más combativa es la de empresario: el 42% practican métodos coercitivos de comunicación. Las ocupaciones más pacificas son analistas, economistas y gerentes de nivel medio.