
Recreación artística de un planeta condenado a ser destruido rozando la superficie de su estrella.
Al parecer el hecho tuvo lugar a unos 12.000 años luz de distancia de la Tierra, en dirección a la constelación de Águila. El estallido, captado en 2020, hizo que la estrella se volviera 100 veces más brillante en solo 10 días, antes de desvanecerse rápidamente. "Fue diferente a cualquier explosión estelar que haya visto en mi vida", indicó el autor principal, Kishalay De, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), quien realizó la observación en la Instalación Transitoria de Zwicky (ZTF, por sus siglas en inglés) en EE.UU.
Algo no cuadraba en las observaciones
Los investigadores notaron que, curiosamente, este destello fue seguido por una señal de "moléculas peculiares". "Estas moléculas solo se ven en estrellas que son muy frías", señala De. "Y cuando una estrella brilla, por lo general se vuelve más caliente. Entonces, las bajas temperaturas y el brillo de las estrellas no van de la mano". Los científicos dedujeron que este comportamiento no se correspondía con un evento en el que una estrella engulle a otra.
A partir de los datos recopilados, que involucraron observaciones en el infrarrojo cercano, estimaron la cantidad total de energía liberada por la estrella desde su estallido inicial y descubrieron que era sorprendentemente pequeña. "Eso significa que lo que se fusionó con la estrella tiene que ser 1.000 veces más pequeño que cualquier otra estrella que hayamos visto", subrayó el astrónomo.

Esta representación muestra al gigante gaseoso enfrentándose a su desaparición mientras giraba en espiral hacia su estrella madre. Finalmente, el planeta se sumergió en el núcleo de la estrella, lo que provocó que la estrella se expandiera y se iluminara.
El destino de la Tierra
"Estamos viendo el futuro de la Tierra", señala De. Cuando el Sol se apague dentro de unos 5.000 millones de años, si alguna otra civilización nos estuviera observando desde 10.000 años luz de distancia, "mientras el Sol engulle la Tierra, verían que el Sol brilla repentinamente a medida que expulsa algo de material, luego forma polvo a su alrededor, antes de volver a ser lo que era", explicó. Este estudio se publicó, este miércoles, en Nature.