Traducido por el equipo de Sott.net

Greta Thunberg está dispuesta a desafiar a las autoridades para luchar contra el cambio climático, o al menos eso es lo que quieren que creas. Pintan a esta joven como una activista radical cuando lo que hace es contraoposición. Greta fue detenida por segunda vez la semana pasada por negarse a abandonar una sentada en una protesta. La foto de arriba muestra la verdadera naturaleza de su detención.
Actress Greta
© Armstrong Economics
Las autoridades no se llevaron violentamente a Greta y la metieron en una celda. La policía la sostuvo ante las cámaras para obtener las mejores imágenes de propaganda. Reuters informa que la joven globalista podría enfrentarse a seis meses entre rejas, ¡sí, claro! "Es absurdo que quienes actúan en línea con la ciencia deban pagar un precio por ello", declaró Thunderg tras su primera detención. En junio se declaró "inocente", alegando que estaba impidiendo que los camiones de petróleo cometieran una catástrofe climática. "Creo que nos encontramos en una emergencia que amenaza la vida, la salud y la propiedad. Innumerables personas y comunidades están en peligro tanto a corto como a largo plazo", declaró Thunberg ante el tribunal.

Su próximo juicio es el 27 de septiembre, y sin duda dirá al tribunal que estaba salvando el mundo. No hay más que ver las imágenes publicadas por Reuters (ver más abajo). Muestra a una niña pequeña siendo arrastrada por la policía, pero en realidad, la policía sabía que su detención era una herramienta de mercadotecnia para la agenda del cambio climático. Incluso una simple búsqueda en Google sobre el suceso está plagada de titulares como "Greta Thunberg expulsada a la fuerza de una protesta climática tras ser multada" o "Greta Thunberg acusada de desobedecer una orden policial en una protesta climática".

Greta Thunberg no es una activista. Era una niña que cayó en las redes equivocadas de Greenpeace, que la entregó al Foro Económico Mundial para que la utilizara únicamente con fines de mercadotecnia. Greta Thunberg consiguió acumular un patrimonio neto de 18 millones de dólares a los 20 años gracias a acuerdos con marcas, discursos y patrocinios. Estos espectáculos públicos no son más que parte de su trabajo como marioneta propagandística.