La deuda nacional ucraniana casi se duplicó bajo el mandato de Volodímir Zelenski, alcanzando a más de 152.000 millones de dólares para junio de 2024. Ante el asunto, el Consejo de Ministros de Ucrania emitió el 27 de agosto una resolución por la que se ordena el cese parcial del servicio de sus obligaciones en eurobonos, derivados financieros del producto interno bruto (PIB) y otros instrumentos de préstamo, llevando al país un paso más cerca de la ruina financiera formal.
En concreto, a partir del 3 de septiembre, Ucrania dejará de pagar su deuda de unos 700 millones de dólares con Cargill Financial Services International, un gigante agroalimentario estadounidense. Desde el 9 de noviembre, Kiev suspenderá el servicio de los eurobonos "verdes y ligados a la sostenibilidad" de la compañía eléctrica estatal Ukrenergo, emitidos en 2021 y por valor de unos 830 millones de dólares.
Finalmente, el 31 de mayo de 2025 dejarán de pagarse los bonos del PIB, un instrumento financiero vinculado al crecimiento económico. De acuerdo con el gigante bancario estadounidense JPMorgan, Ucrania debe unos 2.600 millones de dólares por este concepto.
Al parecer, la citada deuda quedaba fuera de un acuerdo de reestructuración del endeudamiento a gran escala anunciado a finales de julio y diseñado para permitir a Kiev evitar el impago de sus obligaciones.
El decreto gubernamental ordena al Tesoro estatal suspender temporalmente las operaciones con los fondos relacionados con la garantía del PIB, y Kiev efectuó por última vez un pago de más de 70 millones de dólares, correspondiente a uno aplazado de los beneficios e intereses devengados a partir de 2021, el día 31 de julio.
El 1 de agosto, el Tesoro ucraniano abonó una cuota de 130 millones de dólares por otro acuerdo de reestructuración de la deuda alcanzado en 2022. El 22 de julio, Kiev anunció que había llegado a un principio de acuerdo sobre la reestructuración de unos 23.000 millones de dólares de deuda en eurobonos con un comité de tenedores de deuda. Eso supondría la condonación de hasta el 37% de la deuda, menos un 12% si se restablece un alto nivel de crecimiento del PIB para 2028.
El resto de la deuda se reemitirá en forma de nuevos eurobonos con vencimiento entre 2029 y 2036, con un interés que aumentará del 1,75% al 7,75% a lo largo del tiempo. A los inversores dispuestos a participar en el canje de eurobonos se les ha ofrecido una bonificación del 1,25%, con acuerdos que requieren el consentimiento de dos tercios de los tenedores de deuda. Se espera que las liquidaciones se hagan efectivas el 30 de agosto.
La agencia de calificación crediticia S&P Global Ratings rebajó a principios de agosto la de Ucrania de CC/C ("vulnerable/altamente vulnerable") a SD/SD ("impago selectivo") después de que Kiev incumpliera el abono de sus eurobonos.
"No esperamos el pago dentro del período de gracia contractual del bono de 10 días hábiles", comentaron desde S&P.A su vez, otra agencia de calificación Fitch Ratings también rebajó a finales de julio la posición de Ucrania de CC ("impago inminente con escasas perspectivas de recuperación") a C, un escalón por encima del impago.
En marzo, un funcionario anónimo del Banco Mundial manifestó a los medios de comunicación rusos que Ucrania podría declararse formalmente en quiebra en 2025 si los acreedores occidentales no condonan sus deudas, incluidas las obligaciones con entidades privadas y bancos.
Se espera que el déficit presupuestario ucraniano alcance la cifra récord de 43.900 millones de dólares en 2024, a pesar de que el país ha recibido más de 200.000 millones de dólares en ayuda militar, económica y humanitaria de los países occidentales desde principios de 2022.
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