El 30 de agosto, el juez Alexandre de Moraes ordenó suspender el uso de X en Brasil debido a los repetidos incumplimientos de órdenes judiciales por parte del dueño de la empresa, el magnate Elon Musk.
El juez determinó que hasta que la empresa no cuente con representación legal en Brasil (requisito indispensable para operar en el país, según la normativa local) la red social no podrá funcionar.
"Esta decisión refleja la determinación del gobierno brasileño de mantener la estabilidad nacional, prevenir la polarización política y proteger las instituciones democráticas. Se elaboró sobre la base de los requisitos de la legislación interna brasileña. Sin embargo, los países occidentales, especialmente Estados Unidos, han exagerado esto como un problema de libertad de expresión", señaló el medio en una columna de opinión.Desde abril, Musk ha incumplido diversas órdenes de Moraes para bloquear cuentas de bolsonaristas investigados por el Tribunal Supremo y acusados de difundir mensajes de odio y ataques a la democracia.
El diario asiático señala que detrás de la presunta defensa de la libertad de expresión se esconden los intentos de proteger los intereses de las empresas multinacionales estadounidenses.
Así, se destaca que un primer error es el tratar las normas institucionales de los países occidentales, incluidas las que regulan la libertad de expresión, como estándares universales. Esto, se destaca, beneficia a la expansión de las multinacionales y la colonización de ideas.
"Brasil ha castigado a X de acuerdo con sus leyes, en lugar de basarse en una 'amenaza potencial a la seguridad', una excusa a menudo adoptada por Washington. El país quiere asegurarse de que empresas multinacionales como X puedan operar legalmente en Brasil sin socavar su estabilidad y orden económico", se lee en el texto.El artículo señala que, frente a los cambios dramáticos geopolíticos, la soberanía de las naciones se hace cada vez más imprescindible. Así, Brasil refleja la actitud de una potencia emergente que hace frente a los gigantes tecnológicos multinacionales.
Además, el diario menciona que lo ocurrido en Brasil pone de relieve los retos que enfrenta la gobernanza digital, la cual debe lograr un equilibrio entre la libertad de expresión y la procuración de la seguridad nacional.
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