Traducido por el equipo de SOTT.net

Los astrónomos han encontrado nuevas pruebas de que un misterioso noveno planeta puede estar escondido en el borde del sistema solar - reescribiendo lo que sabemos sobre el cosmos de nuevo.
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© Caltech/R.Hurt (IPAC)Impresión artística del Planeta Nueve
Un equipo internacional de Taiwán, Japón y Australia ha utilizado 40 años de datos procedentes de dos sondas espaciales para rastrear lo que creen que son indicios de este lejano planeta en movimiento alrededor de nuestro Sol.

El Planeta Nueve (o Planeta X, como lo llama la NASA) surgió por primera vez como una posibilidad real en 2016, cuando dos astrónomos del Instituto de Tecnología de California presentaron pruebas de una gran fuerza gravitacional (un planeta) mucho más allá de Neptuno.

Ahora, un nuevo estudio ha reducido una lista de 13 candidatos a un solo objeto potencial que se mueve lentamente alrededor de nuestro sol aproximadamente entre 46,5 mil millones y 65,1 mil millones de millas de distancia.

Para ponerlo en perspectiva, este nuevo planeta en el borde exterior del sistema solar estaría casi 20 veces más lejos del Sol que Plutón.

Plutón, que perdió su condición de noveno planeta en 2006, se encuentra a menos de 6.000 millones de kilómetros del Sol, en el Cinturón de Kuiper, una región de nuestro sistema solar situada más allá de Neptuno y repleta de objetos helados, cometas y planetas enanos como Plutón.

Dado que este planeta oculto puede estar tan lejos, el nuevo estudio teoriza que probablemente se trate de un gigante de hielo como Urano o Neptuno.

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Se cree que el Planeta Nueve se encuentra más allá de Neptuno
En esas circunstancias, la única posibilidad de vida allí sería probablemente lo que los científicos denominan un extremófilo, que son microbios que pueden sobrevivir y prosperar en condiciones increíblemente duras en las que la mayoría de las formas de vida morirían.

Estas condiciones pueden incluir temperaturas muy altas o muy bajas (como aguas termales hirvientes o aguas heladas de la Antártida), alta presión (en las profundidades del océano), acidez extrema o incluso altos niveles de radiación.

En la Tierra, viven cerca de fumarolas volcánicas submarinas, glaciares helados en el polo sur e incluso en el desierto sin vida de Atacama, en Chile.

En el Planeta Nueve, las condiciones serían aún peores. El estudio, que aún se encuentra en el servidor de pre-impresión arXiv a la espera de la revisión por pares, descubrió que el Planeta Nueve está tan lejos del sol que la temperatura probablemente oscilaría entre -364 °F y -409 °F.

Basándose en la atracción gravitatoria, los científicos creen que el mundo distante tendría la masa de siete a 17 Tierras, lo que lo haría aproximadamente del tamaño de Urano o Neptuno.

Sin embargo, al igual que estos gigantes de hielo distantes, es casi seguro que el Planeta Nueve no tenga agua líquida, a menos que ésta se encuentre en las profundidades bajo el hielo, más cerca del núcleo del planeta.

Además, el Planeta Nueve está tan lejos del sol que la luz solar sería extremadamente débil, lo que significa que las formas de vida necesitarían encontrar otra fuente de energía para sobrevivir.

Aunque la vida puede ser cuestionable, los científicos están cada vez más cerca de determinar su órbita alrededor del sol.

El estudio utilizó datos del Satélite Astronómico Infrarrojo (IRAS), lanzado en 1983, y de AKARI, un satélite japonés que realizó observaciones espaciales entre 2006 y 2007.

Ambos escanearon la totalidad del cielo para captar las señales infrarrojas de objetos lejanos. Sin embargo, la clave fue el intervalo de 23 años entre sus observaciones, que permitió a los astrónomos buscar algo que se moviera lentamente por el cielo.

Comparando los dos conjuntos de datos de estos satélites espaciales, el equipo internacional pudo buscar cuerpos espaciales lejanos que se desplazaban unos tres «minutos de arco» al año.

Los científicos utilizan los minutos de arco para medir ángulos en el cielo, como la distancia a la que se ven las cosas cuando se mira hacia arriba. Hay 60 minutos de arco en un grado y 360 grados en un círculo completo.

A modo de comparación, la luna llena tiene unos 30 minutos de arco de ancho en el cielo, aproximadamente el tamaño de una moneda pequeña sostenida a la distancia de un brazo. Es una forma de describir pequeños movimientos o distancias entre objetos en el espacio.

Basándose en el estudio de 2016 que estimaba que el Planeta Nueve se encontraba entre 46.500 millones y 65.100 millones de millas de distancia, los astrónomos empezaron a buscar objetos que orbitaran alrededor del Sol dentro de este rango de tres minutos de arco.

Tres minutos de arco por año serían aproximadamente la anchura de una moneda de diez centavos vista a tres kilómetros de distancia.

En el transcurso de 23 años, los astrónomos calcularon que el Planeta Nueve habría viajado entre 42 y 69,6 minutos de arco.

Combinaron este patrón de movimiento con el efecto gravitatorio que los científicos creen que el Planeta Nueve está teniendo en el Cinturón de Kuiper para reducir la búsqueda de 13 objetos distantes a sólo uno que parece encajar con la descripción de un mundo lejano que tira del cinturón helado del sistema solar más allá de Neptuno.

Los astrónomos señalaron que con sólo dos detecciones (una del IRAS y otra del AKARI) no basta para cartografiar la órbita completa del Planeta Nueve o confirmar que se trata realmente de un planeta.

Aunque los científicos todavía están tratando de confirmar la existencia del Planeta Nueve, la NASA afirma que probar que este gigante de hielo es real ayudaría a los astrónomos a explicar varios misterios dentro de nuestro sistema solar.

En un desglose del Planeta Nueve, la NASA dijo: 'También podría hacer que nuestro sistema solar parezca un poco más 'normal'.

Los estudios de planetas alrededor de otras estrellas de nuestra galaxia han descubierto que los tipos más comunes son las «supertierras» y sus primos, más grandes que la Tierra, pero más pequeños que Neptuno», continuaron los investigadores de la NASA.

Sin embargo, no existe ninguno de este tipo en nuestro sistema solar. El Planeta Nueve ayudaría a llenar ese vacío».

En concreto, el hallazgo de un gran planeta en el borde del sistema solar explicaría por qué los objetos del Cinturón de Kuiper están inclinados unos 20 grados con respecto al plano en el que se asientan los planetas cuando orbitan alrededor del Sol.

La gravedad del Planeta Nueve estaría tirando de estos objetos durante largos periodos de tiempo, inclinando sus órbitas de modo que todo el cinturón de hielo estaría fuera de línea con los planetas.

La existencia del Planeta Nueve y su fuerte gravedad también explicaría por qué todos estos cometas y pequeños planetas enanos como Plutón se agrupan y se mueven en la misma dirección sin alejarse flotando.

Chris Melore
Chris Melore es redactor científico adjunto en DailyMail.com, donde escribe y redacta artículos sobre ciencia, salud y tecnología. Anteriormente fue redactor y editor en StudyFinds.com. Chris también ha trabajado en deportes y en las noticias de la televisión local en la zona de Nueva York, donde ganó un premio Emmy en 2010. Síguelo en X