Después de haber votado a favor de la salida de la UE, "hemos demostrado que nosotros mismos somos capaces de causar daños supuestamente fatales a nuestra estabilidad nacional", y "¿para qué necesitamos a Rusia para hacerlo?", ironiza Dejevsky.
"La 'Guerra Fría' terminó hace un cuarto de siglo, el Pacto de Varsovia ya no existe, la Unión Soviética se derrumbó. Incluso si Rusia está construyendo un 'imperio', tal y como asegura Occidente, de momento solo tiene Crimea e influencia en el este de Ucrania y en Abjasia y Osetia del Sur. Sin embargo, Rusia es calificada como una potencial 'amenaza' para el Oeste".
Comentario: Este caso hipotético es probadamente falso. Crimea eligió con el 95% de consenso en su población formar parte de Rusia, y la "influencia" en el este de Ucrania no es tal, Rusia sólo se ha manifestado con prudencia a favor de la independencia de las regiones que reclaman a los psicópatas en Kiev escindirse de su nación en franco declive y servil a EE.UU.
Comentario: Para ser justos en menester aclarar que este descrédito de la exasperante propaganda antirusa es un mérito compartido del bloque occidental y de la misma Rusia.
Por un lado el bloque viene agotando desde hace tiempo la paciencia del público teniendo un doble rasero muy evidente en cuanto a su discurso y su proceder. Esta dinámica enferma de "has lo que yo digo pero no lo que yo hago" poco a poco ha ido horadando el poder de convencimiento y de manipulación de las masas que ostentaron con tanto orgullo durante décadas.
Por otro lado Rusia ha tenido una conducta intachable: responsable, coherente, oportuno en cada movimiento, prudente con cada palabra. A través de sencillamente hacer bien lo que tenía que hacer ha ido ganando confianza, respeto, y simpatía cada vez de más gente.
Por esta simple razón la demonización del país eslavo se ha puesto cuesta arriba para Occidente y al parecer la pendiente tiende a ponerse cada vez más empinada y escarpada.
Vea más en: