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Una unidad de militares norteamericanos especializados en guerra psicológica y tácticas de intimidación al enemigo recibió órdenes de manipular a senadores de su propio país que visitaban Afganistán a fin de conseguir dinero y apoyo político para la guerra que Estados Unidos libra allí desde hace casi una década, según informa el último número de la revista Rolling Stone.
Entre los elegidos por esa unidad, dirigida por el teniente general William Caldwell, como blancos de sus técnicas psicológicas estuvieron el senador John McCain, el propio jefe de las fuerzas armadas norteamericanas, almirante Mike Mullen, y la mayor parte de los miembros de los comités de asuntos militares del Senado y de la Cámara de Representantes, decisivos en la aprobación de los presupuestos para la guerra.
También fueron objetos de esa táctica, según la revista, algunas personalidades extranjeras, como el ministro del Interior de Alemania y el embajador de la República Checa en Kabul. El artículo, que va firmado por Michael Hastings, el mismo que realizó el perfil que provocó la dimisión del general Stanley McChrystal, aporta documentos y otras pruebas sobre la actividad de los soldados destinados a "operaciones de información" en el cuartel Camp Eggers, en Kabul.