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El activista italiano del Movimiento de Solidaridad Internacional fue asesinado ayer por la noche en una casa abandonada de Gaza .Vittorio Arrigoni, activista italiano del Movimiento de Solidaridad Internacional (International Solidarity Movement, ISM en sus siglas en inglés) fue asesinado ayer por la noche en una casa abandonada de la Franja de Gaza. Quizás en una de las que él mismo contribuyó a evacuar durante los bombardeos de la Operación Plomo Fundido.
Durante las tres semanas que duró aquella operación, Vittorio vestido con un chaleco de paramédico palestino, saltaba varias veces al día al interior de una ambulancia y le gritaba a Marwan, nuestro conductor favorito, que bastante tenía con esquivar las bombas y el fósforo blanco que iluminaban el camino "Jallah, Jallah Schumacker, circula más rápido que nos esperan". "Vik Utopía", como le llamábamos, era el primero en salir del vehículo y ponerse a levantar cascotes, sacar fotos, ayudar a los heridos, animar a los familiares, llamar por teléfono a Italia para contar lo que sucedía, compartir tabaco con todo aquel que se lo pidiese y quejarse. Quejarse siempre y en alto. Vittorio siempre se quejaba de lo que veíamos.
Vittorio y el miedo no congeniaban. Él nunca se agachaba cuando la explosión sonaba cerca. Al contrario. Gritaba. Insultaba a los que nos disparaban, se enfadaba, miraba a su alrededor y terminaba por animarnos a todos. Personalidad y carácter. Siempre con la pipa en la boca, escribiendo en su cuaderno y hablando por teléfono. Vittorio no daba discursos, reaccionaba como un palestino más, mimetizado, convertido en uno de ellos. Vittorio era un gazaui más. No necesitaba hablar árabe ni prácticamente inglés. Su idioma era el italiano y así se entendía, sonriendo, chapurreando y a gestos, con todo el mundo. Vittorio tenía la voluntad de los persistentes. La honestidad de quien estaba dispuesto a llegar hasta el final. Con principios y convicciones. Vittorio no era un aventurero.