Si en el imaginario colectivo la preparación de una guerra se asemeja a un juego de ajedrez, donde la precisión, la táctica y la frialdad para mover las piezas es lo que prevalecen, por estos días Estados Unidos y sus aliados han demostrado que para lanzar una nueva invasión militar no necesitan de
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esas virtudes.

Por lo visto hasta ahora, la Casa Blanca con sus socios europeos y del Golfo Pérsico buscan con desesperación las excusas para lanzar un ataque contra Siria, utilizando un guión similar al aplicado en Libia.

Esta situación se profundizó luego de que Rusia y China vetaran en el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) un proyecto de resolución contra Siria, presentado por Marruecos, y que planteaba la salida del poder del presidente Bashar Al Assad.

Conocida las posturas de Moscú y Beijing, una avalancha mediática cubrió las pantallas de televisión, esgrimiendo que el gobierno de Damasco había iniciado bombardeos en la ciudad de Homs, donde operan los principales grupos opositores armados.

Quien dio la voz de alerta sobre esta estrategia mediática fue el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, que el domingo denunció "que casi al mismo tiempo que se discutía en el Consejo de Seguridad la propuesta de resolución, se estaba hablando de 'masacre' en Siria. Lo mismo que pasó con Libia para presionar al mundo".

Durante la segunda sesión de la XI Cumbre de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de nuestra América (Alba), efectuada en Caracas, el mandatario recordó que el gobierno de Al Assad rechazó las mentiras con respecto a los bombardeos de la aviación siria, porque la "llamada 'masacre' fue un ataque de fuerzas terroristas".

Preparando los cañones

Las presiones y agresiones contra Siria van en aumento, y la punta de lanza quedó en manos de la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, que anunció que Washington trabaja para reforzar las sanciones contra Damasco.

La funcionaria se refirió al rechazo de Rusia y China en el Consejo de Seguridad, por lo cual calificó lo sucedido como un "esperpento".

Clinton apuntó contra Moscú y Beijing al decir que "trabajaremos para poner en evidencia a aquellos que siguen financiando al régimen (sirio) y enviando armas que se usan contra sirios indefensos, incluidas mujeres y niños".

Este lunes EEUU retiró todo su personal de la embajada en Damasco aunque no rompió relaciones.

A esta postura se sumó la UE, a través de la alta representante Catherine Ashton, quien manifestó que "lamentamos profundamente que, debido al nuevo veto de Rusia y China, el Consejo de Seguridad no pudiera apoyar el llamamiento de la Liga Árabe en favor de un proceso político inclusivo, dirigido por Siria, llevado a cabo en un entorno de no violencia".

La diplomática arremetió contra Damasco argumentando que "ha llegado la hora de hablar con una sola voz y pedir el final del baño de sangre y un futuro democrático para Siria".

Por su parte, el ministro francés de Asuntos Exteriores, Alain Juppé, confirmó que su país presentará iniciativas sobre la creación de un "grupo de apoyo al pueblo sirio" con el objetivo de "ayudar a la oposición a organizarse".

El funcionario explicó que el gobierno de París favorecerá un "endurecimiento" de las sanciones contra Siria para lograr que "la presión internacional aumente".

El propio Ban Ki moon, secretario general de la ONU, se manifestó contra Siria, "lamentando profundamente" la incapacidad del Consejo de Seguridad para presionar todavía más a Damasco.

"Es una gran decepción para el pueblo de Siria, para Oriente Próximo y para todos los partidarios de la democracia y de los derechos humanos", remarcó el titular del organismo.

Ban anunció que tiene el compromiso de "redoblar los esfuerzos para buscar una transición política liderada por los propios sirios hacia un sistema político plural y democrático".

Israel, principal aliado de Estados Unidos en Medios Oriente, se sumó a los pronunciamientos, a través de su viceprimer ministro y titular de Asuntos Estratégicos, Moshe Yaalon.

El funcionario declaró que un hecho positivo para Tel Aviv sería la "fisura en el eje del mal que forman Teherán-Damasco-Beirut-Hamás".

Al ser consultado si Israel mantiene contactos con la oposición siria, Yaalon respondió que "si hay contactos o no, no esperen ustedes que lo comente ante los medios de comunicación", dejando abierta esa posibilidad.

Mientras esto sucede, en Siria aumentan las acciones violentas y atentados realizados por grupos irregulares armados. Niños, hombre y mujeres, militares y policías caen diariamente bajo fuego opositor.

El gobierno de Al Assad presentó meses atrás un informe en la ONU donde calcula que más de tres mil civiles y uniformados han sido asesinados por las bandas criminales. También alertó que estos grupos son financiados desde los gobiernos de Catar, Arabia Saudita y Turquía. Ninguna de estas denuncias es tomada en cuenta por Estados Unidos, la UE y la mayoría de los integrantes del Consejo de Seguridad, sectores que por estos días se encuentran abocados a tumbar todas las piezas del ajedrez y desatar una nueva guerra de agresión.