Después del fracaso de EE. UU., Europa y la Liga Árabe en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, Sarkozy ha anunciado la creación de un grupo de países que ha sido bautizado como "Amigos de Siria". Dicho grupo se reunirá en Túnez este 24 de febrero.
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Paradójicamente, en el mismo aeropuerto en el que hace poco más de un año eran recibidos los ministros de Sarkozy por el depuesto Ben Ali, van a aterrizar los representantes de los países que están fomentado la guerra civil en Siria.

El presidente francés, cuya altura moral es inferior a su altura corporal, se erige en abanderado de la nueva iniciativa, en un intento desesperado de demostrar a la sociedad francesa su liderazgo internacional, con el objetivo de remontar en las encuestas de intención de voto, que le auguran una derrota en las elecciones francesas esta primavera.

Pero el medio mundo que tiene la suerte de recibir una información contrastada se ríe de este político sumiso a los designios del Imperio. Un político que es consciente que su intervención en Libia ha dejado más de cincuenta mil civiles muertos y un estado fallido, debería también pedir disculpas públicas por la partición entre Siria y Líbano y por la ocupación de ambos países durante la primera mitad del siglo XX por parte de Francia.

Más paradójico es todavía el nombre que se han atribuido. "Amigos de Siria", un nuevo producto de la propaganda y el marketing político occidental, al igual que el "Ejército libre de Siria", creación de la CIA e integrado en parte por mercenarios yihadistas extranjeros, entre ellos miembros de Al Qaeda, que han acudido a la llamada de la "guerra santa del bolsillo", puesto que han recibido grandes sumas de dinero. Estos mercenarios yihadistas se adentran armados en un país donde nunca estuvieron, sembrando el terror entre la población civil, que es consciente que el peor de los remedios es la intervención exterior.

Es un secreto a voces que el conflicto ha sido financiado por las petromonarquías fundamentalistas del Golfo y Arabia Saudí, y que los mercenarios yihadistas son entrenados y equipados con el armamento israelí más sofisticado en el sur de Turquía, donde comandos británicos y franceses les asesoran sobre su utilización, aprovechando la logística suministrada por el país otomano.

Estos autodenominados "Amigos de Siria" deberían hacer honor a su nombre y fomentar la paz, el cese de las hostilidades, la concordia y la reconciliación en Siria, llamando en primer lugar a que los yihadistas abandonen el país y convocando una conferencia internacional de paz para ayudar al pueblo sirio a iniciar un proceso de reconstrucción nacional basado en el diálogo entre los mismos sirios y sin injerencias externas.

Sin embargo, éstos Enemigos de Siria, se reúnen hoy en Túnez para fortalecer la injerencia externa que desangra al país. El objetivo a corto plazo es debilitar al país para llevar a cabo una intervención externa a medio plazo, posiblemente a inicios de primavera, cuando según todos los indicios se lanzaría un ataque coordinado contra Siria e Irán.

Y ello sería una catástrofe para toda la región.