Cuando el rascacielos moscovita Torre Federación se incendió el pasado 1 de abril, las imágenes de ese infierno en los pisos altos de esa torre suscitaron amargos recuerdos de los ataques del 11 de septiembre de 2001 contra las Torres Gemelas de Nueva York.

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© Desconocido
Si las 'leyes de la física' que imperaron el 11 de septiembre en Nueva York hubieran prevalecido en la Torre Federación, entonces ese edificio hubiera colapsado verticalmente, cubriendo el centro de Moscú con una capa de polvo. Claramente, eso no fue lo que ocurrió...


Lo que sí ocurrió fue que veinte brigadas de bomberos de Moscú apoyados por helicópteros combatieron, controlaron y finalmente extinguieron ese incendio.

En verdad, muchos extraños hechos se relacionan con el 11 de septiembre de 2001, fecha que marcó un antes y un después en el mundo de hoy. Fue el día en que EE. UU. y el Reino Unido redoblaron su voluntad imperial mundial desatando su Guerra Total contra el terrorismo, lo que ha resultado en indescriptible sufrimiento, muerte y sangre para los países que invadieron y destruyeron desde entonces. También se utilizó el 11 de septiembre para justificar el intenso y permanente control policíaco sobre norteamericanos, británicos y europeos al peor estilo de la Gestapo.

Estas son apenas dos de las muchas razones por las que el 11 de septiembre debe ser abordado y reevaluado todas las veces que sea necesario hasta que se conozca la verdad: quiénes lo hicieron, por qué y cómo.

No vamos a demorarnos en las flagrantes contradicciones y groseras mentiras propagadas por las autoridades de EE. UU. y sus grandes multimedios globales hasta el día de hoy. Para ello recomendamos a los lectores leer el excelente artículo en 4 partes de Robert Bridge publicado por RT en septiembre 2009 titulado '911 Reasons why 9/11 was (probably) an inside job'.

En verdad, lo que hoy debe interesarnos son las dramáticas consecuencias geopolíticas emergentes de la gran mentira del 11 de septiembre. Claramente, las Torres Gemelas no fueron derribadas por 11 fanáticos suicidas dirigidos por un loco con un turbante escondido en alguna cueva de Afganistán. Los edificios de acero simplemente no colapsan y se pulverizan como le ocurrió al World Trade Center.

La Torre Federación de Moscú es solo uno de los muchos ejemplos de rascacielos de acero que resisten intactos incendios catastróficos. El 17 de octubre de 2004, por ejemplo, estalló un incendio en el edificio del Ministerio de Infraestructura en Caracas, Venezuela. Sus 20 pisos superiores sobre un total de 50 se vieron destruidos... pero el edificio no colapsó.

En febrero de 2005, la Torre Windsor de 33 pisos en Madrid sufrió un gigantesco incendio que hizo que partes de sus 30 pisos superiores colapsaran parcialmente. Le llevó un día entero a los bomberos apagar este incendio... pero el edificio no colapsó.

El 28 de julio de 1945, un bombardero B-25 de la Segunda Guerra Mundial se extravió en la niebla y chocó contra el emblemático rascacielos Empire State Building en la ciudad de Nueva York, a la altura de sus pisos 78, 79 y 80, matando a 14 personas... pero el edificio no colapsó.

El 15 de noviembre de 2010 un gran edificio de departamentos en Shanghái, China, se vio íntegramente destruido por un voraz incendio que mató a docenas de personas.... pero el edificio no colapsó.

Incluso la Torre Norte del World Trade Center soportó la detonación de un camión-bomba cargado con potentes explosivos en uno de sus sótanos profundos, con el que se pretendía derribar la torre... pero el edificio no colapsó.

Todo esto nos impone preguntas fundamentales: ¿Qué ocurrió realmente el 11 de septiembre? ¿Por qué las dos torres colapsaron a la velocidad de la caída libre? ¿Por qué se pulverizaron? ¿Por qué toda la evidencia fue retirada o destruida por las autoridades estadounidenses? ¿Qué ocurrió con esas enormes vigas cortadas a 45 grados, típico de las demoliciones controladas? ¿Por qué razón la Torre No. 7 de 47 pisos -que no fue impactada por ninguna aeronave y que solo sufría incendios moderados en sus sexto y 12º pisos- sin embargo colapsó verticalmente también en caída libre, igual que una demolición controlada?

Banderas Falsas

Un número creciente de observadores lúcidos dentro y fuera de los EE. UU. se va dando cuenta que los eventos del 11 de septiembre solo pueden explicarse como un juego sucio perpetrado por grupos enormemente poderosos enquistados dentro de la estructura de poder público y privado dentro de los EE. UU. y sus aliados, notablemente, Israel.

Se denominan ataques de Bandera Falsa a aquellos de alto perfil público, ingenierizados y calculados para dañar al propio país e intereses, sobre los que luego se culpa al 'enemigo' al que se desee atacar.

Esto no es nada nuevo, especialmente en los Estados Unidos, donde las operaciones de Bandera Falsa conforman una herramienta clásica de espionaje, que involucra a las agencias de inteligencia y grupos clandestinos y criminales con los que circunstancialmente se asocian e interactúan para el planeamiento y ejecución de tales actos de terrorismo. Los mismos van desde la provocación intencional 'dejando que las cosas ocurran', hasta la ejecución directa de los mismos.

Saber que las operaciones de Bandera Falsa son parte integral de la política exterior y los esfuerzos bélicos de EE. UU. y el Reino Unido, ayuda a comprender ciertos eventos muy importantes con los que se han justificado muchas guerras contra un amplio abanico de 'enemigos' en el pasado. Ello, a su vez, nos permite comprender el actual comportamiento de Estados Unidos, el Reino Unido, Francia e Israel en lugares como Siria, Irán, Libia, África y Latinoamérica. En todos los casos, el objetivo clave siempre es el mismo: promover la expansión imperial y consolidar la hegemonía global de los EE. UU., Reino Unido y sus aliados.

Un rápido repaso por algunas operaciones de Bandera Falsa:

-1898: El buque de Guerra Maine fue volado en la rada del Puerto de La Habana, causando la Guerra Hispano-Norteamericana que aportó a Estados Unidos como botín de guerra a Cuba, Puerto Rico, Guam y Filipinas. La guerra psicológica fue realizada por los diarios de William Randolph Hearst, que generaron gran histeria belicista entre los norteamericanos con su famoso eslogan '¡Recuerden al Maine!; ¡al Diablo con España!'. Años más tarde se supo que el atentado fue en realidad ejecutado por los propios norteamericanos.

-Mayo de 1915, el vapor de pasajeros británico HMS Lusitania fue hundido por un submarino alemán, muriendo pasajeros norteamericanos que viajaban a bordo. Una semana antes la embajada imperial alemana emitió avisos públicos previniendo que se sabía que esa embarcación regularmente transportaba pertrechos bélicos estadounidenses para Inglaterra y que, por ende, era un legítimo blanco de guerra. No importó, pues ese fue el detonante que en 1917 permitió a EE. UU. entrar en la Primera Guerra Mundial del lado aliado.

-7 de diciembre de 1941 fue "un día que vivirá en la infamia", según el discurso del presidente Franklyn Roosevelt, tras el ataque japonés a la base naval norteamericana en Pearl Harbor, Hawái. En verdad, fue una suerte de carnada que mordió Japón pues EE. UU. estaba muy al tanto del inminente ataque y lo dejó llegar. Justificó con ello el ingreso de EE. UU. a la Segunda Guerra Mundial.

-En marzo de 1963, el estado mayor conjunto norteamericano planificó 'Operation Northwoods', descripta como una "justificación para una intervención armada norteamericana en Cuba", e incluía una serie de asesinatos y atentados terroristas en la zona de Miami, un falso ataque de la Fuerza Aérea cubana contra alguna aeronave civil estadounidense y la voladura de alguna embarcación estadounidense en aguas cubanas. De todo se le echaría la culpa a Fidel Castro. El presidente Kennedy finalmente no dio su aprobación, lo que seguramente le atrajo algunos enemigos más...

-2 de agosto de 1964: Otro "día que vivirá en la infamia" cuando buques norvietnamitas supuestamente atacaron al destructor estadounidense Maddox en el Golfo de Tonkín. Utilizado por la Administración del presidente Lyndon Johnson como un pretexto para una masiva intensificación de la Guerra de Vietnam, la desclasificación de los documentos del pentágono en 1971 demostró que aquel incidente ¡jamás tuvo lugar!

-Durante la Guerra de los Seis Días entre Israel y sus vecinos en junio de 1967, aviones caza sin marcas identificadoras atacaron y bombardearon la nave de guerra estadounidense USS Liberty que patrullaba aguas internacionales cercanas a Israel. Israel esperaba que ese ataque pudiera ser atribuido al Egipto de Gamal Nasser, y empujar así a EE. UU. a la guerra a favor de Israel. Lamentablemente (para Israel) la embarcación norteamericana no se hundió aunque 35 tripulantes murieron. Hasta su muerte en 1999, el comandante de la nave, el capitán William McGonagle, insistió en que se divulgara la documentación secreta sobre este incidente. Jamás se hizo.

Estos son apenas algunos de los eventos implícitos de Bandera Falsa de los que el 11 de septiembre es el de mayor fama.

También se pueden hallar increíbles 'casualidades' en torno a los ataques con bombas al sistema de subterráneos londinenses del 7 de julio de 2005, en el que la consultora privada Visor Consultants admitió que ese mismo día estaba llevando a cabo un ejercicio de ataque terrorista en las mismas estaciones en que se produjeron los atentados.

El Director Ejecutivo de Visor, Peter Power, dijo en vivo por la radio de la BBC ese día que, "A las nueve y media estábamos llevando a cabo un ejercicio para una empresa involucrando a más de mil personas en Londres basados en supuestos ataques simultáneos con bombas en exactamente las mismas estaciones de subterráneo, de manera que todavía tengo los pelos de la nuca erizados!". Sí, claro... ¡le vamos a creer y todo...!

Claramente, existe un patrón en todo esto que necesita ser divulgado ampliamente ante la opinión pública global.

Demasiadas preguntas; demasiadas pocas respuestas.

Adrian Salbuchi es analista político, autor, conferencista y comentador de radio y televisión en Argentina. www.asalbuchi.com.ar