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El jueves pasado The Guardian reportó que más de 700 delfines han sido arrastrados por las mareas hasta las playas del Golfo de México en Estados Unidos desde que comenzó el derrame que causó la petrolera British Petroleum (BP) hace dos años.

Ahora, estos mamíferos han sido preservados dentro de refrigeradores gigantes, catalogados y suspendidos en nitrógeno líquido, esperando el momento en que representen el componente fundamental de la investigación para decidir el costo del derrame de petróleo más grande en la historia de los Estados Unidos.

En múltiples laboratorios oceánicos a lo largo de las costas estadounidenses, tanto expertos de BP como científicos evalúan las evidencias y el daño de la exposición de hidrocarburos a la vida silvestre y la flora oceánica. Son alrededor de 250 investigaciones independientes las que estudian los efectos del derrame; estudios a criaturas marinas tan pequeñas como el plancton y a otras tan grandes como el manatí. En el caso de los delfines, primero deben determinar cómo murieron y en caso de haber muerto debido a contaminación por hidrocarburos, deben contabilizar los daños; calcular el valor de un delfín para decidir cuánto costará abordar el problema.

El pasado miércoles, dos días antes del segundo aniversario de la catástrofe ambiental, BP llegó a un acuerdo de 7.8 mil millones de dólares para pagar a las más de 100 mil personas que lo han demandado por daños económicos, un hecho que acerca un poco más a la petrolera a terminar de pagar por su irresponsabilidad en un derrame que duró casi tres meses y que vertió mas de 4 millones de barriles de crudo al mar. La compañía aún deberá llegar a un acuerdo con el gobierno federal y los gobiernos de Louisiana y Mississippi, además de que todavía podría enfrentar cargos penales.

Con motivo del segundo aniversario, Al Jazeera también publicó un reportaje que detalla el impacto del derrame sobre los peces y mariscos que se han visto afectados por el desastre y que han afectado a la industria alimentaria estadounidense. ¿Sus hallazgos? Camarones sin ojos, peces con llagas y cangrejos sin tenazas, entre otras anomalías.


Encontrar estas deformidades es cada vez más común en la vida marina de las costas de Louisiana, Alabama y Mississippi, detalla el recuento. Científicos creen que se debe al uso de dispersantes químicos utilizados por BP para limpiar el crudo.

Según información recopilada por Al Jazeera, más de la mitad del camarón atrapado en Louisiana carecía de cavidades para los ojos; algo similar pasa con los cangrejos, a quienes se les ha encontrado múltiples alteraciones, como caparazones débiles, falta de tenazas y quemaduras.

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Lo más preocupante de dicha situación, según el blog de Discover Magazine, es que Al Jazeera informa que la mayor parte de sus preguntas fueron evadidas, tanto por oficiales como por los abogados que manejan las demandas. Por el momento, BP y el gobierno estadounidense trabajan en conjunto sobre la evaluación de daños y se reporta que la compañía británica ha destinado ya 14 mil millones de dólares para la limpieza de playas y pantanos afectados, mil millones más para proyectos de restauración y 500 millones para investigación medioambiental.

Sin embargo, esta coalición preocupa a algunas organizaciones ambientales como Gulf Restoration Network, quienes advierten que la movilización puede estar motivada por el deseo de resumir los acuerdos antes de que se pueda entender el alcance e impacto total del desastre.

Es extremadamente difícil calcular daños al medio ambiente, especialmente en ecosistemas marinos. La muerte o alteración de una especie puede tener múltiples repercusiones en la cadena alimenticia, especialmente cuando se trata de mamíferos grandes como los delfines, que se encuentran en los niveles superiores de ésta. Las consecuencias del derrame serán inciertas durante muchos años más y según David Uhlann, profesor de derecho por la Universidad de Michigan y antiguamente al frente de la sección de Crímenes al Medio Ambiente del Departamento de Justicia, lo más probable es que nunca podamos tener una evaluación de daños precisa y completa de lo que ha pasado y seguirá pasando en el Golfo de México.

Aquellos involucrados en el proceso de valoración de daños estiman que la resolución probablemente no se dará hasta el 2013.

Con información de Discover Magazine, The Guardian y Al Jazeera.