El pasado 22 de mayo, la mayoría de los medios internacionales (y otros habitualmente anticubanos) reproducían al unísono la misma noticia: "La ONU pide a Cuba que aclare 2 mil 400 detenciones en 2012" (El Nuevo Herald, Globovision, La Voz de Galicia, La Nación, Cuba Democracia y Vida, Clarín).

El diario colombiano El Mundo, en la total exageración, titulaba: "Cuba, a examen por tortura". El servicio de radio y televisión internacional del gobierno de los Estados Unidos, Voice of America (Voz de América) escribía: "ONU pide cuenta a Cuba por represión".

¿Pero, qué hay de cierto en todo eso? Lo cierto es que nada más se trataba de una periódica interrogación (el segundo informe periódico) que el Comité contra la Tortura de la ONU suele hacer a todos los países del mundo, con el fin de averiguar la forma en que aplican las disposiciones de la Convención contra la Tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanas o degradantes.

En el citado documento que, según los medios, debería ser un acto de acusación al "régimen cubano", se puede leer simplemente que "el Relator solicitó información sobre el funcionamiento del servicio de policía, las investigaciones penales y el proceso de detención, destinada a impedir la práctica de la tortura". Añadía el documento que, según lo que afirmó la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (perteneciente a la OEA y por lo tanto otra organización/filial del gobierno norteamericano), "hubo un fenómeno conocido como detenciones de corta duración, que por lo general sólo duró 24 horas" y que dicha Comisión los ha definido "detenciones arbitrarias". Es sobre esas acusaciones que se basaban gran parte de las interrogaciones del Comité que, por ejemplo, solicitó más explicaciones sobre el caso de Juan Wilfredo Soto García -cuya muerte, en 2011, fue consecuencia de una pancreatitis aguda e insuficiencia renal, aquejado además de diabetes, hipertensión y una miocardiopatía dilatada- ya que la llamada disidencia, sin prueba alguna, denunció su asesinato por parte de la policía cubana.

Como dicho, esas interrogaciones suelen hacerse a todos los países del mundo, incluso los más 'democráticos'. Por ejemplo, si en la misma página web de la organización hacemos una búsqueda con palabras claves como "United States", salen cuestiones como: "Pena de muerte", "Preocupación del Relator por prisión de Guantánamo", "Denuncia de falta de prevención de la violencia contra la mujer", "Relator Especial sobre Tortura expresa su preocupación por las restricciones impuestas por los Estados Unidos en su interacción con los detenidos", "Experto en prostitución infantil investiga en Estados Unidos", "Urgencia para que Estados Unidos y Somalia ratifiquen la Convención sobre los Derechos del Niño". Todo eso sin que ninguno de los citados medios lo considere noticia relevante o acto de acusación de la ONU contra el gobierno norteamericano; sin que ninguno de esos medios titulara, por ejemplo, "El régimen norteamericano debe explicar sus torturas frente a la ONU".

Es evidente el hecho: Una vez más, los medios intentaron usar, para su propio uso y consumo, una organización internacional para llevar adelante su campaña mediática contra Cuba. Los mismos medios que suelen silenciar todos los logros que muchas importantes organizaciones internacionales reconocen anualmente a Cuba (por ejemplo la UNICEF afirma que Cuba es el paraíso de la infancia). Si solo pensamos en eso, la manipulación de la noticia y el intento de desinformación quedan muy claros.