Kofi Annan
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La matanza de Hula, en la que fueron sacrificadas familias sirias completas, incluidos decenas de niños y mujeres, marcó una línea de desprecio de varias potencias occidentales con el régimen sirio de Bashar Al Assad, responsable del genocidio.

Los países contrarios al régimen respondieron en cadena, expulsando las misiones diplomáticas que el dictador tenía en su territorio. En el crimen contra la humanidad murieron asesinados 116 civiles, según datos suministrados por Robert Moo , jefe de la misión de supervisión de la ONU en Siria.

Estados Unidos, Francia, Alemania, Reino Unido, España, Italia, Canadá y Australia, entre otras naciones, expresaron su horror ante la matanza de 49 niños y 34 mujeres.

"Esta masacre es la muestra más clara de las flagrantes violaciones del gobierno sirio de sus obligaciones ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas", dijo desde Washington la portavoz del Departamento de Estado, Victoria Nuland.

En Europa el mensaje fue similar pero no unánime. Y es que hasta ahora, la Unión Europea no ha sido capaz de tener una postura única en lo referente a las relaciones diplomáticas con la Siria de Al Assad, a pesar de que han impuesto hasta 16 rondas de sanciones contra el régimen y sus fieles.

Así, mientras el plan de la ONU no avanza y siguen las matanzas del régimen, un grupo de países (con las principales potencias europeas al frente) decidieron hace meses cerrar sus embajadas en Damasco, otros prefirieron mantener la actividad de sus representaciones por afinidades o temor a represalias.

"El conflicto en Siria no sólo puso a prueba la capacidad que tiene Naciones Unidas para enfrentar situaciones al límite, también demostró su incapacidad porque su propuesta de paz fracasó. Ésta quiere construir allí una democracia ideal pero no ataca de raíz el problema, el régimen", aseguró Adolfo Maya , investigador de la Universidad Eafit.

El freno de Rusia y China

El presidente francés, Francois Hollande , rompió ayer el silencio sobre la posibilidad de llevar a cabo una intervención armada en Siria para poner fin a la represión, siempre y cuando esté coordinada por el Consejo de Seguridad de la ONU.

"Hay que convencer a China y a Rusia", indicó Hollande en una entrevista concedida a la cadena France 2.

Inmediatamente, la Casa Blanca aseguró que no cree que una intervención militar en Siria sea el curso de acción adecuado en estos momentos, porque una decisión de ese tenor llevaría a más caos y masacres.

Sin embargo, su portavoz, Jay Carney , sostuvo, en una rueda de prensa, que Estados Unidos no ha retirado ninguna opción de la mesa respecto a la crisis siria.

Mientras Occidente actuaba, casi en equipo, para presionar a Al Assad, el enviado especial de la ONU para ese país, Kofi Annan , exigía a Damasco que tomara "medidas audaces ahora y no mañana para implementar su plan de paz".

Sin embargo, Al Assad se mantuvo enrocado en su postura de acusar a "grupos terroristas" y Annan reconoció que "el plan de paz no se está aplicando como debería"...

ANÁLISIS
Nunca es tarde para el rechazo diplomático

Por Hasan Turk
Experto en Oriente Medio, docente de R. Internacionales

La masacre de 116 personas en la ciudad de Hula, buena parte de ellas ejecutadas a sangre fría, hizo que la comunidad internacional reaccionara. Kofi Annan viajó de inmediato a Damasco para reunirse con Bashar Al Assad y así, salvar los seis puntos de su plan de paz. De otro lado, muchos países occidentales retiraron sus embajadores de Damasco, lo que debieron hacer desde hace mucho tiempo, pero nunca es tarde.

La expulsión de los funcionarios de las embajadas es un acto importante pero no es suficiente, mientras el Consejo de Seguridad no imponga alguna resolución contra Siria.

Por su parte, el secretario general de la Otan, Anders Fogh Rasmussen, tras una reunión en Chicago (E.U.), demostró que la organización no tiene intención alguna de atacar al régimen. Así es muy difícil controlar a Al Assad y muy factiblemente nos tendremos que acostumbrar a ese tipo de masacres en Siria.

La opinión pública internacional cada día es más critica con el régimen sirio y con el desinterés de la comunidad internacional. La pregunta es por qué no actúan en Siria como actuaron en Libia. Tal vez las críticas de la opinión pública internacional y las masacres de Al Assad obligarán al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas a actuar en forma razonable y buscar una solución para salvar al pueblo sirio. Sin embargo, Bashar Al Assad ha contado con suerte: sabe que tiene amigos como Rusia y China en el Consejo de Seguridad, y en la región como Irán, y conoce a su enemigo, Israel, que quiere que Assad siga en el poder porque tras él pueden llegar al poder los Hermanos Musulmanes.

Hasta ahora todo ha funcionado a favor de Al Assad y él no sólo está consciente de esto. Está cómodo y feliz.