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La relación entre los tóxicos ambientales y las enfermedades infantiles, desde malformaciones, cáncer o hipersensibilidades (a los productos químicos tóxicos o a la contaminación electromagnética, como la de la telefonía móvil, por ejemplo) han sido el centro de atención del III Encuentro nacional de Pediatría Ambiental y Salud Comunitaria, celebrado la semana pasada en Murcia. En este foro se han congregado profesionales de hospitales, expertos en química ambiental, medicina fetal, pediatría, ginecología, salud ambiental, enfermería o medicina preventiva. Uno de los pioneros en este ámbito, en cómo afectan las diferentes contaminaciones ambientales a las personas y sobre todo a los niños es Juan Antonio Ortega, jefe de la Unidad de Pediatría y Sanidad Ambiental del hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia, la única que existe -a estas alturas- en toda España. Ortega ha sido el coordinador de las jornadas en las que se han tratado temas como "El niño y el medio ambiente", "Vulnerabilidad especial y períodos críticos", "Toxicología ambiental y calidad seminal" o "Contaminación atmosférica, efectos reproductivos".

Las condiciones ambientales no sólo influyen en la salud de los niños cuando han venido al mundo. Influye en que el semen de los padres es cada vez de peor calidad luego cada vez es más difícil concebir. Y desde el momento de la concepción el bebé está expuesto en el vientre de su madre de sustancias químicas tóxicas y radiaciones que influyen negativamente en su salud. La calidad del semen de los hombres está disminuyendo a un ritmo que preocupa. Un estudio internacional con 15.000 varones demostró en la década de los 90 que en 50 años la carga seminal se había reducido a la mitad. La prueba está en que las consultas de infertilidad están cada vez más llenas. Ahora, el Grupo de Investigación de Salud Pública y Epidemiología de la Universidad de Murcia (UMU) quiere confirmar que esta tendencia se está produciendo también en la región. Analizará a 200 jóvenes y buscará las causas del problema.

También se analizará la presencia en sangre y orina de sustancias como talatos o bisfenol A, que según diferentes estudios tienen un efecto estrogénico en el organismo. Es decir, se comportan como un "chute" de hormonas con nefastas consecuencias sobre la fertilidad masculina. El estudio de la UMU se llevará a cabo conjuntamente con la Universidad de Rochester (Nueva York), que ya ha analizado a 222 de sus alumnos, la Universidad de Granada y un grupo investigador de Copenhague (Dinamarca).

Los profesores Jaime Mendiola y Alberto Torres está buscando unos 200 estudiantes dispuestos a colaborar en el muestreo: jaime.mendiola@um.es. Estos especialistas han participado en el citado Encuentro y han declarado:

Las sustancias estrogénicas son especialmente dañinas "durante la gestación", explica Mendiola. "Se ha demostrado que, por ejemplo, hay más riesgo de que los niños nazcan con malformaciones en el sistema reproductor si las madres se exponen a plaguicidas durante el embarazo".

Más info: El libro La salud que viene dedica el primero de los dos bloques que lo componen a las nuevas enfermedades que están surgiendo relacionadas con la contaminación del medioambiente.