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El tomate es fuente de vitamina A.
Un bajo contenido de vitamina A en la dieta se asocia a problemas de visión e inmunológicos, mientras que una dieta que contenga alimentos ricos en ella acelera la curación de las llagas

Está más asociada a los cuidados de la piel y los efectos del sol, sin embargo, la vitamina A también nos protege del frío y por eso resulta fundamental incluirla durante estos meses fríos del año.

De hecho, no sólo servirá para reforzar las defensas del organismo ayudando a prevenir resfriados y otras molestias típicas de esta época del año, sino que además ayudará a conservar la salud de la piel, evitando que ésta se reseque y pueda llegar a ser un factor de infección.

Dentro de los beneficios que reportan los alimentos que contienen una dosis de vitamina A elevada, destacan las zanahorias, calabazas o espinacas al vapor, así como las frutas color naranja, el tomate, el hígado, la mantequilla, la nata o la yema de huevo. Además, esta vitamina cumple un papel fundamental en la formación resistente de los huesos, así como en la fase de crecimiento.

Bueno para las llagas

Asimismo, la vitamina A tiene una doble función en la curación de las llagas bucales. Por un lado, mejora y repara las mucosas en caso de que la deficiencia sea la causa, mientras que por el otro, refuerza el sistema inmunológico, ayudando a combatir antes una infección. Por ello, los expertos recomiendan realizar una cura de vitamina A cuando se noten algunos de estos síntomas.

En el caso de los niños, esta cura consistirá en incluir, durante los días que duren las llagas en la boca, un licuado de zanahoria y manzana para desayunar o merendar, un bol de crema de calabaza y zanahoria para cenar o comer, y una fruta diaria (o su zumo) rica en esta vitamina.

Falta de visión

Por otro lado, una falta importante de vitamina A se asocia a problemas visuales o en el sistema inmune. Por ello, está recomendada porque es necesaria para la formación de la rodopsina, el pigmento sensible a la luz . También lo es para mantener la conjuntiva (membrana que recubre el ojo) húmeda y en buen estado. "Su carencia reseca la conjuntiva", añaden los expertos.

En este sentido, en la retina, una forma particular de la vitamina A constituye la parte de los pigmentos visuales que recoge la luz. De hecho, un síntoma que anuncia la deficiencia de dicha vitamina es la dificultad para adaptarse a luz de baja intensidad, lo que se conoce como ceguera nocturna.