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© Desconocido
Sin duda existe un abuso del concepto "hiperactividad". Muchos profesionales sanitarios, maestros, padres y madres incluso abusan del término y ello es peligroso porque puede conducir a la fatal medicación del niño o niña así etiquetados.

Los periodistas también tenemos nuestra cuota de responsabilidad en este fenómeno. Hace unos días podíamos leer en Correo Farmacéutico:
TDAH: cuando el niño es mucho más que movido
Hiperactividad que se escapa del control y falta de atención persistente indican que el trastorno está presente, según cuentan a CF los expertos. El desconocimiento ha llevado al mal diagnóstico, por exceso y defecto. Iniciativas como el 'Plan de Acción en TDAH', conocido como 'Pandah' y cuyas primeras conclusiones ya han visto la luz, intentan corregir esta carencia. El equipo multidisciplinar de este plan está asesorando en la reforma de la Ley de Educación.
Una de las claves es conocer cómo se diagnostica el TDAH. Asusta, por ejemplo, ver el gráfico ilustrativo que acompañaba la noticia de CF. Que se califique el mismo de "pistas diagnósticas" y que vaya firmado por una asociación malagueña de afectados.

En él pueden leerse como criterios diagnósticos que el infante "responde bruscamente", "no escucha lo que se dice", "interrumpe demasiado [sic]", "habla demasiado", "le cuesta jugar en silencio" o "pasa de una actividad a otra". Hay más, todos en la misma línea de medicalización de actitudes vitales.

Yo me pregunto, ¿habrá algún niño en el mundo que no cumpla varios si no todos estos criterios? ¿Se ha vuelto el mundo enfermo? ¿De verdad esperamos que los niños nos respondan siempre "con educación"; que escuchen lo que les digamos aunque les parezca poco interesante y no nos interrumpan; que hablen "lo justo"; que jueguen en silencio o que no pasen de una actividad a otra movidos por su innata curiosidad?

¿A qué responde este fenómeno, qué intereses económicos hay detrás? Mirad quiénes financian la Federación Española de Asociaciones de Ayuda al Déficit de Atención e Hiperactividad (FEAADAH). Como podéis ver en la barra lateral de la página, un poco más abajo:
"El portal de Feaadah es posible gracias a la colaboración de las siguientes entidades: Lilly, Janssen, Rubió".
Esos laboratorios son los fabricantes de Strattera, de Concerta y de Rubifen, tres de las drogas más utilizadas en el TDAH. Una compañía como Shire, además de patrocinar a la FEAADAH ofrece "servicios para personal sanitario" en la web del Pandah. También están en el comité asesor y en el científico del programa-lobby. Me gustaría saber qué hacen en la reforma de la Ley de Educación esta "pandah".

Este tipo de campañas son rentables. En Estados Unidos, los diagnósticos de este presunto trastorno están aumentando de manera alarmante. Y en el río revuelto la medicina natural y en concreto la homeopatía también quieran hacer ganancias de pescadores. Seguiremos informando.

Los errores de diagnóstico en torno al TDAH
En el post Los niños a los que les cuestan las "mates" y acaban medicados, muy comentado por cierto, una madre de nombre Laura (psicóloga infantil) nos comenta otro de los problemas relacionados con el Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH), la abundancia de errores de diagnóstico. Explica el caso de su hijo, que padecía algo similar al autismo y algunos médicos creían que era TDAH. Ahora me escribe con novedades pues al perecer ni autismo ni TDAH:
Hola Miguel, entro para comentarte que hay novedades en el caso de mi hijo, nos confirmaron en el otorrino que tenía una otitis bilateral severa crónica y con unas semanas de tratamiento el niño está curado de la otitis. Se ha notado muchísimo y ha dado un salto evolutivo de un año ¡en dos semanas! Ahora habla muchísimo y comprende todo. Ya sólo queda seguir con el programa de inhibición de reflejos y la terapia auditiva Johansen para que vaya llegando al nivel cognitivo de su edad.

En otro caso, con los mismos síntomas le hubieran diagnosticado como autista o incluso con TDAH, le hubiesen medicado y le hubiesen condenado a no poder recuperarse en la edad en la que podía hacerlo. Pues claro que no se desarrollaba, a causa de la violencia en su parto y el forceps tenía varios reflejos primitivos sin inhibir que impedían el desarrollo del cerebro superior. Pues claro que no hablaba, ¡si no podía oír apenas!

Afortunadamente no ha sido etiquetado y condenado, desde aquí les digo a todos los padres que NO SE CONFORMEN, que esto que le ha pasado a mi hijo es tremendamente habitual (a raíz del artículo de mi blog me está escribiendo muchísima gente y estamos viendo que muchos niños diagnosticados con TDAH tienen simplemente el reflejo de Galant sin inhibir).

El TDAH es una enfermedad inventada para dar salida a un medicamento (soy psicóloga, aclaro) y para mantener manejable a la población desde la infancia (como tantas otras cosas que hacen, desde un embarazo estresado, un nacimiento con violencia, el método Estivill, la crianza autoritaria, las escuelas autoritarias...).

Por si alguien quiere conocer la historia de mi hijo (incluyendo comentarios abajo que van contando avances). No os dejéis amilanar por los supuestos profesionales, no os dejéis infantilizar, ¡luchad por vuestros hijos!