Siria está más cerca que nunca de repetir el destino de Yugoslavia de los 90, en otras palabras, sufrir bombardeos por parte de países occidentales sin la autorización del Consejo de Seguridad de la ONU, según algunos analistas.
La propia Casa Blanca admite que el precedente de Kosovo es uno de los muchos escenarios que están siendo discutidos en las reuniones que mantiene sobre el conflicto en Siria. "Es prematuro por el momento decir que estamos preparando justificaciones legales para la acción militar. Pero Kosovo, sin duda alguna, es un precedente parecido", publicó el diario
'The New York Times' citando a un alto cargo gubernamental estadounidense que habló en condición de anonimato.
"Lo que está pasando ahora en Siria tiene mucho en común con los prolegómenos de los bombardeos de Yugoslavia, aunque en aquel caso el argumento de los países de Occidente no fueron las armas de destrucción masiva, sino el sufrimiento de los kosovares", comentó Fiódor Lukiánov, redactor jefe de la revista
'Rusia en la política global', a la radio rusa
Vesti FM."Al Gobierno de Slobodan Milošević le imputaban limpiezas étnicas, pero la gota que colmó el vaso fue la masacre de Račak. Hubo una investigación por parte de la OSCE [Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa], no de la ONU, que incluso compuso un informe donde presentó los resultados. Pero luego acabaron con todo esto, sin permitir al público conocer los detalles. En el caso de Siria, el Gobierno dio acceso a los inspectores de la ONU y estarán investigando pero, sinceramente, ahora ya no importa", subraya Lukiánov.
"Aquí se repite el esquema que viene de la época de los Balcanes, En el caso del ataque en Yogoslavia evidenetemente había una decisión de poner en jaque al gobierno que estaba enfrentando a EE.UU. y que tenía un discurso de oposición a la base imperial. En el caso de Bashar Al Asad, como en casos anteriores, con Sadam Hussein pasó lo mismo, evidenentemente no pueden tolerar que un mandatario no sea su perrito faldero de EE.UU. Esto es un manual que se repirte permanentemente país por país", se expresa en la misma línea el analista internacional Carlos Aznárez.
La acusación contra las tropas serbias del asesinato en Račak jamás fue comprobada con certeza. La Agencia de Información de EE.UU. publicó un informe que aseguraba que las víctimas eran civiles fusilados. Sin embargo, un grupo de expertos bielorrusos y finlandeses testimonió que los muertos tenían huellas de pólvora en las manos y que los cuerpos tenían balazos, pero no su ropa, lo que les hizo concluir que a los cadáveres les cambiaron de ropa para simular que eran civiles. Pero el público general no tuvo acceso a esta información y lo sucedido en Račak sirvió de pretexto para que la OTAN lanzara un bombardeo de 78 días - entre marzo y junio de 1999 - contra la entonces Yugoslavia. La llamada 'Operación Fuerza Aliad' no fue autorizada por el Consejo de Seguridad de la ONU: Rusia y China habían usado su derecho de veto para impedir una operación militar internacional.
Muchos países calificaron la operación en Yugoslavia de violación de la Carta de la ONU y de actos de crímenes de guerra. La campaña se cobró la vida de 528 civiles, 88 niños entre ellos, según la cifra de Human Rights Watch, y dejó el país semidestruido y contaminado con la radiación proveniente de armamento con uranio empobrecido usado por la Alianza Atlántica Norte.Los bombardeos de 1999 constituyeron la segunda gran operación de combate de la OTAN desde su creación en 1949. La primera fue la Operación Fuerza Deliberada, también en Yugoslavia, entre finales de agosto y mediados de septiembre de 1995. De pretexto oficial sirvió la masacre del mercado de Markale durante el asedio de Sarajevo (guerra de Bosnia, 1992-1995), cuando el 28 de agosto de 1995 cinco proyectiles de mortero dejaron un saldo de 37 muertos y 90 heridos. A pesar de que no se pudo detectar quién lanzó los proyectiles, la OTAN empezó con los bombardeos.
"El Ejército de Liberación de Kosovo que estaba armada por EE.UU. incluso en sus manifestaciones populares levantaban la bandera de EE.UU., eso se repite con el Ejército Libre Sirio, con mercenarios de Al Nusra. Pero lo más patético es que EE.UU. arma a muchos de estos mercenarios que después a veces apuntan con sus armas a los intereses norteamericanos," concluye el analista Carlos Aznarez.
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