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A la inmensa mayoría de nosotros nos preocupa el hecho de que el proceso de envejecimiento disminuya nuestras capacidades intelectuales con el paso de los años. Son ya varios los artículos que se han publicado en Medciencia sobre cómo mantener joven el cerebro y entrenarlo como si de un gimnasio mental se tratara. De entre ellos, se demostró hace poco que los programas de brain training ejercitan nuestra memoria.

Ahora, gracias a una investigación de la Universidad de Texas en Dallas publicada en Psychological Science, se ha llegado a la conclusión de que aprender nuevas habilidades es otra manera de mantener nuestro cerebro perfectamente en forma.

El estudio contó con la participación de 221 adultos, todos ellos comprendidos entre los 60 y 90 años, durante un periodo de 3 meses. La muestra se dividió en tres grupos, y a cada uno de ellos se le asignó al azar una tarea nueva que tendrían que aprender durante ese periodo de tiempo. Un grupo tuvo que aprender actividades como la fotografía digital o el acolchado; otro se dedicó a otras tareas tales como escuchar música clásica y realizar juegos de palabras como los crucigramas; y el último grupo se dedicó a la realización de actividades sociales, entre ellos paseos y excursiones.

Tras la finalización del estudio, los investigadores descubrieron que aquellos que se habían implicado más con la nueva tarea asignada, habían conseguido importantes mejoras en las capacidades de recuerdo y memoria; además, cuanto mayor era el grado de implicación, más sorprendentes fueron estas mejoras.
"Parece que no solo es suficiente salir y hacer algo; es importante salir y hacer algo que sea desconocido y mentalmente desafiante, y que proporcione una amplia estimulación mental y social", explica Denise Park, investigadora principal del estudio.
Park y su equipo planean continuar con la investigación durante varios años más para comprobar si estos efectos se mantienen a largo plazo.

Conclusión

Este descubrimiento está estrechamente relacionado con lo que en términos psicológicos se denomina zona de confort; es decir, parece ser que las evidencias científicas nos demuestran que permanecer en nuestra zona conocida, donde siempre nos movemos y que nos resulta bastante familiar, puede que no sea lo suficientemente sano como para evitar que el cerebro envejezca.

Entre los métodos para evitar que nuestro cerebro muestre síntomas propios de la vejez, no hay nada más sano que salir de nuestra de zona de confort y realizar nuevas actividades que nos supongan un reto mental. Si todos fuéramos verdaderamente conscientes de ello, tal vez muchos problemas neurológicos asociados a la vejez puedan tener fácil prevención si entrenamos el cerebro con nuevas tareas.

Al igual que ocurre con nuestros músculos del cuerpo que se acostumbran fácilmente a cualquier rutina de musculación, lo cual impide un mayor desarrollo de los mismos, al cerebro le ocurre lo mismo: debemos sorprenderlo con actividades que no se espere y que, además, le supongan un reto. Teniendo también en cuenta que cada vez la población es más vieja, esta medida debería ponerse en práctica como si de cualquier otra medida de salud se tratara.
"Necesitamos, como sociedad, aprender cómo mantener una mente sana, al igual que sabemos cómo mantener la salud vascular con dieta y ejercicio", concluye Park.
Fuente: Medical News Today