Traducido por el equipo de SOTT.net en español

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© Unknown"Despierta y huele el fascismo"
"La disensión es lo que salva a la democracia de una muerte silenciosa tras puertas cerradas."

- Lewis H. Lapham
El año 2011 traerá a los estadounidenses un estado policial mayor y más intrusivo; más desempleo y embargo de hogares; ninguna recuperación económica; más desprecio por parte del gobierno de EEUU de las leyes nacionales e internacionales, la constitución y la verdad; más sospecha y desconfianza de parte de aliados; más hostilidad del resto del mundo; y nuevos grados de adulación de los medios de comunicación.

Tal parece que el 2011 será el año terminal para la democracia estadounidense. El partido republicano ha degenerado en un partido de camisas pardas, y las frustraciones de los votantes con el empeoramiento de la crisis económica y las ocupaciones militares que han resultado mal probablemente le darán el poder a los republicanos en 2012. Con ellos vendrán sus doctrinas de primacía ejecutiva sobre el Congreso, la judicatura, las leyes, la constitución y el derecho a la hegemonía de Estados Unidos de América sobre el mundo.

Si no es ya obvio, 2010 ha dejado en claro que al gobierno de EEUU no le importa la opinión de sus ciudadanos en lo más mínimo. La Administración de Seguridad del Transporte (TSA por sus siglas en inglés) ha dejado en claro que no llegará a ningún acuerdo con los estadounidenses aparte de las violaciones de sus personas que impone por medio de su poder, que no está sujeto a la rendición cuentas. En cuanto a la oposición pública a la guerra, la agencia Associated Press reportó el 16 de diciembre que "el secretario de defensa Robert Gates dice que EEUU no puede dejar que la opinión pública lo desvíe de su compromiso en Afganistán." Gates declaró abiertamente lo que se ha sabido por cierto tiempo: la idea de que el gobierno en la democracia sirve a la voluntad del pueblo está pasada de moda. Si esta arcaica noción se encuentra aún en libros de civismo, pronto será editada.

En Gag Rule, un recuento maestro de la supresión de la disensión y la asfixia de la democracia, Lewis H. Lapham escribe que la franqueza es una virtud necesaria si las democracias han de sobrevivir sus locuras y crímenes. ¿Pero dónde en EEUU puede encontrarse la franqueza hoy en día? Obviamente no en los consejos de gobierno. El fiscal general John Ashcroft se quejó ante el Comité de la Judicatura del Senado de quienes promueven la franqueza. Los estadounidenses que dicen lo que piensan, declaró Ashcroft, "asustan a la gente con fantasmas de libertad perdida", "ayudan a terroristas", "debilitan nuestra determinación", y "dan municiones a los enemigos de Estados Unidos de América".

Según lo ve el Departamento de Justicia (sic), cuando la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU por sus siglas en inglés) defiende el habeas corpus, está defendiendo la habilidad de los terroristas para volar a estadounidenses; y cuando la ACLU defiende la Primera Enmienda, está defendiendo exponer mentiras y engaños que son la estructura necesaria para la pretensión del gobierno de que está cumpliendo con la voluntad de Dios mientras que Satán habla a través de las voces de la disensión.

Los medios de comunicación estadounidenses tampoco valoran la franqueza. La prensa neoconservadora funge de ministerio de propaganda para el imperio hegemónico norteamericano, y el "liberal" New York Times sirve al mismo amo. Fue el New York Times el que dio crédito a las mentiras del régimen de Bush acerca de las armas de destrucción masiva de Irak, y fue el New York Times el que garantizó la reelección de Bush al guardarse la historia de que Bush estaba violando la ley al espiar a estadounidenses sin obtener órdenes judiciales. Los conservadores se quejan de los "medios liberales" como si se tratara de una vasta fuerza subversiva, pero le deben sus amadas guerras y encubrimientos de los crímenes del régimen de Bush al New York Times.

Ya que la verdad ha sido declarada como la enemiga del mundo de fantasía en que residen el gobierno, los medios y el público, la nación ha hecho blanco de quienes revelan crímenes y abusos. Bradley Manning, quien supuestamente le dio a los medios el video tomado por tropas estadounidenses de su matanza gratuita y llena de diversión de reporteros y civiles, ha sido sometido a encierro solitario por seis meses. Asesinar a civiles es un crimen de guerra, como dijo el General Peter Pace, director de los Jefes Conjuntos de Personal, al Club de Prensa Nacional el 17 de febrero de 2006, "Es la absoluta responsabilidad de todo aquél que porta un uniforme desobedecer una orden que es ilegal o inmoral" y dar a conocer tales órdenes. Si Manning es la fuente de información, ha sido encarcelado incorrectamente por cumplir con su responsabilidad militar. Los medios aún no han señalado que la persona que reportó el crimen, y no las personas que lo cometieron, ha sido encarcelada, y sin juicio.

La falta de legalidad del gobierno de EEUU, que ha estado incrementando por décadas, se desbocó a galope total en los años de los regímenes de Bush/Cheney/Obama. Hoy, el gobierno opera por encima de la ley, pero mantiene que es una democracia brindando democracia a los musulmanes por la fuerza de las armas, sólo distraido brevemente para patrocinar un golpe de estado militar en contra de la democracia en Honduras e intentar derrocar al gobierno democrático de Venezuela.

Al inicio del 2011, el discurso público en Estados Unidos de América tiene al país predispuesto para una dictadura fascista. La situación será peor en 2012. La verdad más incómoda que emerge de la trama de WikiLeaks es que el discurso público estadounidense consiste de llamados de venganza en contra de quienes nos dicen verdades. La feroz mendacidad del gobierno de EEUU no conoce límites. Ya sea que la ley internacional pueda salvar a Julian Assange de las garras de los estadounidenses o de la muerte por una unidad de operaciones encubiertas del gobierno, tanto las ramas ejecutivas y legislativas están trabajando asiduamente para establecer el Estado de Seguridad Nacional como su mayor valor y la verdad como su peor enemigo.

El futuro de Estados Unidos de América es el mundo de Winston Smith.